Ana Lucia Arango
Economista
Se viene una nueva Reforma Tributaria, desde este 7 de agosto en que se posesione el Presidente Gustavo Petro y su Ministro de Hacienda vallecaucano José Antonio Ocampo, en la que se informa que se van a aumentar los impuestos y se van a reducir unas inversiones en algunos sectores de la economía, que tienen que ver con el petróleo, con el Fracking etc. Esto puede generar una disminución de la generación de empleo y un aumento de la informalidad laboral y allí podríamos estar generando una fábrica de pobres mayor a la existente.
El candidato Gustavo Petro genero una serie de compromisos sociales y económicos, el cumplimiento de ello en principio tiene un valor adicional de 50 billones de pesos, lo que racionalmente no se observa en la posibilidad de pago de los colombianos. Lo que sí estará al frente de sus grandes decisiones, será la lucha contra la corrupción.
El gobierno nacional entrante ha generado también una serie de anuncios que han afectado la bolsa de valores, que no es una cuestión de privilegio, sino la realidad del mercado y si este se afecta tendríamos un incremento de las personas desempleadas, de la informalidad laboral y eso incrementaría a los pobres.
El gobierno nacional ha anunciado una serie de subsidios y esto tiene su límite económico y en el largo plazo la gente puede protestar. En la medida que el circuito económico saque población que debe ser económicamente activa, el subsidio tiene que crecer y en ello los impuestos igualmente de tal manera que se convierte en un círculo vicioso.
Los subsidios tienen arruinado a Argentina, a Perú, a Venezuela y a Nicaragua y en últimas lo que se podría estar construyendo es una industria de pobres.
A apoyar al gobierno nacional donde la principal fuente de ingresos tributarios en la práctica sea la lucha contra la corrupción. No hay derecho que en el nivel central, regional y municipal abunde la corrupción.
Allí está la clave del nuevo gobierno nacional.