
Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
Después de analizar las reflexiones que hace Luis Fernando Angel miembro de la Cámara de Comercio de Bogotá sobre el COVID-19 en torno a la “cuestión de si se debe o no privilegiar la economía por encima de la salud o viceversa” consideramos que este no es un asunto de poca monta no obstante que a nuestro juicio constituye un falso dilema, ya que en este caso no se trata de escoger entre dos posiciones iguales o idénticas que a pesar de ser diferentes deben integrarse para garantizar la existencia social e individual de las personas, lo cual estará determinado por las condiciones concretas y objetivas del desarrollo social que deberán reflejarse en las políticas públicas del Estado. El análisis que hace su autor sobre el desarrollo histórico de las pandemias termina siendo incompleto e insuficiente en tanto que se limita a realizar un examen superficial y externo sobre el mismo, circunstancia esta que predispone la conciencia y restringe el juicio de las personas, que se dejan seducir con una porción del conocimiento derivado de las sensaciones o percepciones que en muchos casos contribuyen a deformar la realidad.
Dicha pandemia ha cobrado especial significación en momentos en que la sociedad capitalista globalizada atraviesa por un proceso de desaceleración de la economía que se agrava con la presencia del virus, lo cual desencadenará una gran crisis económica, política y social, comprometiendo el presente y el futuro de millones de personas pertenecientes a diferentes clases y grupos sociales que en la actualidad padecen los rigores del empobrecimiento, el desempleo, la falta de atención médica, farmacéutica, hospitalaria, etc.

Todo esto nos debe llevar a reflexionar sobre la necesidad de exigir que de acuerdo con nuestra propia realidad social, el Estado intervenga directamente a las EPS y a las IPS privadas que convirtieron la salud en un negocio especulativo. En este caso se trata de garantizar en igualdad de condiciones a todos los ciudadanos la prestación gratuita, de buena calidad y con acceso a la tecnología de punta de este servicio que hoy en Colombia constituye un privilegio de un sector reducido de la población.
Detrás de la polémica suscitada por algunos economistas y publicistas se oculta el verdadero interés del capital financiero que ve reducida su cuota de ganancia ante la suspensión temporal de las actividades económicas con las cuarentenas que impiden el avance el COVID-19, medida esta con la cual está de acuerdo la inmensa mayoría de la población que entiende que la misma es esencial para contener el contagio viral de un buen número de personas, pues de lo contrario se agravaría la situación con la pandemia.
este tema es de vital importancia por cuanto si bien es cierto la sociedad está amenazada a padecer de toda clase de epidemias y pandemias ocasionadas por virus, parásitos, bacterias, hongos, la alternativa a seguir no debe circunscribirse únicamente a contenerlas sino a evitar que continúe existiendo un sistema de salud de mala calidad destinado a la atención de los sectores populares y medios de la población y otro que se presta a través de los grandes centros de salud que cuentan con los mejores y mas avanzados tratamientos y procedimientos médicos, materializándose de esta forma la desigualdad social, mientras los empresarios de la salud nutren sus arcas con las ganancias que obtienen de este negocio.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social