Redacción

La Conmebol y la Federación Colombiana de Fútbol , sus Presidentes Alejandro Domínguez y Ramón Jesurún, enviaron enérgica carta a la FIFA, exigiendo que se revise los parámetros con los que se evalúa Colombia como una de las candidatas para coger el Mundial Femenino de Fútbol 2023. Todo por la evaluación técnica que fue publicada por la FIFA para los tres aspirantes, Colombia, Australia, Nueva Zelanda y Japón, donde nuestro país fue el peor calificado con una puntuación de 2.8 sobre 5. Dicen los jerarcas del fútbol suramericano “conclusiones erradas y discriminatorias” que terminaron afectando la propuesta colombiana en aspectos de “seguridad, área médica y comercialización”. Sobre el tema seguridad, hubo ligerezas, pues se mencionó el tema del terrorismo; en salud afirma que el informe técnico de FIFA cuestiona sin sustento alguno, que en Colombia hay déficit en el sistema hospitalario y la comercialización del mundial también se cuestionó.
El próximo 25 de junio la FIFA designará la sede del mundial femenino de fútbol 20-23, hubo un error afirmar que el torneo femenino nacional se encuentra en lo más exitoso del continente, con 26.600 jugadores y una media de asistencia de 28.000 espectadores.
Para la FIFA de los 10 escenarios propuestos, todos cumplen los requisitos mínimos, excepto el Jaime Marón de Cartagena por su capacidad y el Campín de Bogotá que no tendría el aforo necesario para la ceremonia de inauguración.

Es conveniente para la juventud colombiana especialmente para la mujer que el gobierno nacional consiga la sede del mundial de fútbol femenino, porqué se mueve el país, nace un deporte femenino que no tiene arraigo en Colombia. Por eso ha dado duro la calificación que hizo la FIFA de los estadios colombianos y acertadamente la alcaldía de Cali y su secretaria del deporte, piden una evaluación nueva sobre el estado del estadio Pascual Guerrero.
Los señores Fifos deben entender que una cosa es un estadio en un país desarrollado y otra en un país en vía de desarrollo como el nuestro, donde se ofrecen garantías, pero no los lujos que se ven en el mundo capitalista, en secuencia la competencia con el Japón por ejemplo sería desigual, no sólo desde el punto de vista del estado del escenario, sino de la oferta.
La oferta de la infraestructura futbolística de Colombia es en la mayoría de los casos es aceptable y como en el caso del Pascual Guerrero es buena. Los señores de la FIFA deben bajarse de esa nube de tener unos requisitos de inversión excesivamente altos que afectan la economía del deporte, de sus jugadores y de todo lo que representan.

Y a la FIFA se le olvida que Colombia hizo el mundial de futbol sub 20 en el país y su realización fue exitosa, especialmente en los temas cuestionados, seguridad, estadios y comercialización. Aplaudimos la carta de la federación suramericana y la colombiana de futbol, porque es de protesta y se trata también de 2 dirigentes con escaño en la FIFA:
La pandemia cambió el mundo y eso toca con el fútbol, tenemos que llegar a valores de honorarios, de pases, transacciones, costos de boletería, comercio futbolístico, etc, valores al alcance de la mayoría de los ciudadanos y en especial hay una diferencia de la economía de Inglaterra, a la Alemania, a la de Japón, a la China, a la de África o la de Suramérica, para señalar solamente unos ejemplos. Es poder equilibrar que el mundo es uno solo y que tiene países ricos, en desarrollo y pobres. Por lo tanto a nuestras autoridades del fútbol colombiano y deportivas en cabeza del señor Ministro del deporte y del Presidente de la Fedefutbol, ánimo que hay que seguir dando la lucha por el mundial de fútbol femenino del 2023.