
Redacción
Cometieron un error muy grave los promotores del paro del 21N, no aceptar el desmonte del paro nacional del 4 de Diciembre y de esta manera dejarse contar, pues realmente la ciudadanía no salió como en el primero, no se vio el estallido social. También se equivocan algunos pensadores de derecha, que consideran que no se debe negociar negociar el gobierno, ni las leyes que ha expedido o está aprobando el Congreso de la República, etc.
Colombia tiene un atraso socioeconómico gigante, no solamente al ver el Producto Interno Bruto del país en millones de dólares, 2018 ( US 280.245 millones) , con países similares en tamaño o vecinos ( Argentina US 442.598 millones o España US 1.202.193 ) o nuestras tasas de desempleo, informalidad superiores al 50% de la PEA según el DANE o la desigualdad social según el banco Mundial donde en Colombia el 25% pobre recibe el 3.9% de los ingresos totales.
Hay un grupo importante de colombianos que están pidiendo una rectificación del modelo económico y social y en ello el gobierno debe trabajar. Por eso en estas líneas editoriales hemos aplaudido el diálogo nacional, como una oportunidad no solamente para el Presidente, sino también para el país, de lograr proyectar un Plan de Desarrollo de largo plazo que tanto le afecta al país. Allí está la clave señor Presidente.
Y es bueno precisar que no se trata de discutir el mandato constitucional logrado con 10.4 millones de colombianos, que le permitieron al Presidente Iván Duque posesionarse como primer mandatario, no pocos equivocados piden su renuncia y ofenden de una manera desmedida. Y no se trata de imponer por la fuerza un nuevo programa de gobierno, ni obstruir el normal desempeño del país como se está haciendo y tratar de negociar con bloqueos insensatos, como lo que sucedió en Cali el pasado 4 de diciembre con 40 trabajadores de la CUT en la entrada de Cali por Yumbo (Arroyohondo).

Los sindicatos deben trabajar de fondo la lucha contra la abstención electoral, para presentar propuestas en las próximas elecciones cuya campaña empieza el próximo año.
Debemos defender la democracia, las instituciones, la economía privada como el generador de riqueza y de empleo. A quienes traten de atentar contra esto, el gobierno debe ejercer la autoridad con respaldo ciudadano.
No aceptamos la arrogancia del comité nacional de paro en parar el pais, sí a la movilización pacifica; ni de muchos, no pocos líderes empresariales y gremiales, que creen que las cosas están bien. Aplaudimos la protesta como una oportunidad para que el gobierno escuche y rectifique muchos postulados del estado.
La lucha contra la corrupción debe ser una bandera no de palabras, sino de acción, en lo nacional, regional y municipal. Lo de Cali es impostergable, hay unos indicadores de informalidad excesivamente graves, de violencia, de mala educación, que deben de resolverse conjuntamente entre la nación y el municipio, teniendo en cuenta que es la ciudad donde el estallido social puede volverse verdadero.
En Colombia no podemos llegar a la exageración de seguir atentando contra la movilidad, como derecho al trabajo, y especialmente de la economía privada, incluyendo sus bienes, pues se ha construido con mucha dedicación en un mar de centenar de años.

Las partes deben tomar atenta nota de estas circunstancias, el paro nacional hoy no tiene el respaldo ciudadano como pasó en Chile, como una manifestación en el solo Santiago de 900 mil personas. El gobierno debe atender la protesta, estos reclamos que muchos de ellos son justos.