Mario Germán Fernández de Soto
En su afán por justificar que el número de pobres que está disminuyendo en Colombia, el Banco Mundial hizo pública, hace poco, la noticia acerca de que la clase media ha crecido un 35% en el país. Y que en los últimos 10 años, es decir desde el 2007 hasta la fecha, las familias de clase media han pasado de 10 a 14 millones. Es decir, que -según los banqueros- más de un cuarto de la población colombiana pertenece al estrato tres, mientras el Dane sostiene que en el mismo periodo 5 millones de colombianos han salido de la pobreza. Esta es información económica, similar al desempleo, que se confunde con el subempleo, no es creíble ante la realidad que dan los colombianos en las encuestas, de áreas urbanas y rurales.
Lo que no explican los genios de la agencia financiera es que este tipo de informes en realidad buscan preparar el terreno para endeudar más al país con el pretexto de que los colombianos tenemos capacidad de pago, dizque porque pertenecemos a la clase media, cuando todos sabemos que en realidad la clase media en Colombia está desapareciendo, ante un decrecimiento real de ingresos y ausencia de protección social. Solo es observar el crecimiento geométrico del déficit de vivienda de interés social e interes prioritario, en todas las grandes ciudades.
Es una realidad las cifras de desigualdad social que indican que nuestro país es de los que presentan mayor desequilibrio económico, en razón a que los crecimientos de países de América Latina se dan pero se mantiene la concentración .Hoy, pertenecer a la clase media es medio comer y medio vestirse, porque el profesional o técnico de clase media vive del crédito y… ¡hasta de las apariencias! Por eso, comparto la idea del Programa ONU-Hábitat para acabar con la estratificación en Colombia y dejar de calificar la condición social de los colombianos con base en las apariencias, focalizando más bien la atención en las personas, o sea en su condición social, en las posibilidades laborales y hasta en la forma cómo el éxito es esquivo, pese a tener las condiciones para salir adelante.
Creo que ser de estratos bajos se ha convertido en un estigma para las personas, que son tratadas según la fachada del sitio en el cual habitan, pero también es cierto que hay personas que viven en el estrato cuatro con las necesidades del estrato dos y no pueden acceder a los subsidios sociales del Estado, porque -además- el Sisben no los clasifica como aptos. Esto significa que la protección del Estado, no solo debería ser para los pobres. Bienvenido el debate nacional sobre la disminución de los ingresos reales de los colombianos por tener unos salarios que crecen más que la inflación. La clave está en tener un estado más eficiente, nación, departamentos y municipios deben tener mejor rentabilidad económica y social en la inversión pública. Así debe crecer más la economía con unos mayores niveles de ingresos, que permitan ascender socialmente gracias a la educación.
Por ello, debería asumirse una política que vigorice la clase media. Y el camino más expedito es el fortalecimiento de la economía, con la construcción de más obras públicas de infraestructura, más cupos en las universidades públicas y el mejoramiento en el uso de los recursos de ahorro financiero y la reducción de las tasas de interés de la banca. La idea es fortificar la demanda de la clase media y así beneficiar a la sociedad en su conjunto con más oportunidades laborales, salud, desarrollo de capital humano, entre otros aspectos. La clase media debe crecer, no desaparecer, es el éxito de los países desarrollados como Estados Unidos.