Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
El triunfo electoral del movimiento hacia el socialismo MAS y el resultado del plebiscito en Chile, no constituye un hecho casual sino que es el producto de procesos que se han venido gestando en medio de la lucha política y social que involucró a diversas clases y grupos sociales, étnicos, raciales y de género, que finalmente se decidieron enfrentar en el caso de Bolivia el golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales y en el caso de Chile, la posibilidad de poner fin al imperio de la constitución heredada de la dictadura respaldada por los monopolios nacionales e internacionales que derrocaron al presidente legítimo Salvador Allende.
Es importante señalar que a pesar de las tensiones políticas y de las contradicciones económicas dichos procesos transcurrieron en forma pacífica asegurada con la participación masiva tanto del pueblo boliviano como del chileno.
En el caso de Bolivia el nuevo gobierno tendrá que enfrentar los problemas que dejan la presidenta Jeanine Añez y su equipo de gobierno, además de la crítica situación derivada de la expansión del coronavirus.
El triunfo del MAS en las elecciones obedece en buena parte a la conciencia de las gentes que valoran los resultados y la gestión gubernamental que se realizó en el pasado reconocida por diversas entidades internacionales, particularmente relacionadas con hechos como la reducción de la pobreza del 66.6% al 35.1% y la pobreza absoluta del 45.5% al 14.7%, en tanto que el índice de Gini bajó del 61.2% al 43.8% según datos tomados de la CEPAL.

Así mismo con la nacionalización del sector de hidrocarburos y del gas, el gobierno logró aumentar los recursos del Estado para desarrollar sus políticas sociales en favor del conjunto de la población boliviana, lo que le mereció al país dejar de ser el más desigual de toda América Latina.
Mientras tanto en Chile la implementación de las políticas neoliberales aplaudidas por fuera de sus fronteras pero que al interior del país tan solo sirvieron para formalizar la pobreza, motivaron al pueblo a través de la lucha social a exigirle al gobierno de Piñera la convocatoria a una consulta popular con el objeto de decidir sobre el destino del modelo político-jurídico que contiene la Constitución impuesta por la dictadura de Pinochet.
Dicho proceso tendrá lugar mediante la realización de una Convención Constitucional de carácter paritario integrado por 155 representantes que se elegirán el 11 de abril de 2021 y que tendrá inicialmente un período de nueve meses extensivo a doce, para redactar la nueva Constitución que posteriormente tendrá que ratificarse por el pueblo por medio de un plebiscito obligatorio.
Dichos procesos políticos electorales cobran especial importancia en momentos en que el capitalismo global atraviesa por una profunda crisis económica, política y social comprometiendo el presente y el futuro de millones de trabajadores y de ciudadanos pertenecientes a diversas clases y grupos sociales que padecen los rigores del empobrecimiento, la falta de trabajo, el autoritarismo, la restricción de sus derechos y libertades y a quienes no les queda otra alternativa que unirse, organizarse y realizar las accione políticas y sociales encaminadas a generar los cambios que demanda el mundo contemporáneo y a construir una nueva realidad social mas justa y equitativa, en tanto que el viejo y desueto modelo neoliberal tiende a sumergirse en un letargo mediatizado por la demagogia, el populismo y el reformismo constitucional, dirigidos a apaciguar los ánimos de los trabajadores y de las clases y grupos sociales explotados por el sistema capitalista.
Es precisamente en América Latina en donde se comenzó a desmontar las políticas neoliberales del consenso de Washington y del fondo monetario internacional y se promovió el cambio social, haciendo posible en países como Bolivia realizar algunas transformaciones en beneficio del pueblo mejorando su condición socioeconómica mediante la implementación de políticas de crecimiento y desarrollo económico basadas en el aprovechamiento de los recursos energéticos y la aprobación de una serie de reformas encaminadas a recuperar el poder del Estado en el marco de la democracia participativa y decisoria, de manos de los monopolios nacionales y extranjeros que abusando de su posición dominante en el mercado se apropiaban de las riquezas de los países para su transformación y desarrollo económico, sostenible.
En fin de cuentas de lo que se trata en la actualidad es de construir una nueva sociedad a partir de la existencia de todos aquellos aspectos positivos relacionados con el progreso material de las fuerzas productivas de la sociedad, la ciencia y las nuevas tecnologías y no obstante las dificultades y contradicciones que deben superarse en un mundo caracterizado por diversas crisis y conflictos económicos, políticos, sociales, ambientales, demográficos, tecnológicos, etc., que caracterizan al régimen capitalista, que hoy no está en condiciones de resolver los problemas que aquejan a la humanidad, en tanto que evitar si el pueblo se decide a romper la coyunda que lo ata al pasado y construye una nueva esperanza de futuro con el cual siempre ha soñado.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social