Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Con la creación en 1999 de la sociedad anónima por acciones, de carácter público integrada por el Municipio de Cali y otras empresas del orden municipal, se dio comienzo a la idea de construir en la ciudad un sistema de transporte que mas tarde recibió la denominación de MASIVO INTEGRADO DE OCCIDENTE MIO.
Desde entonces hasta la fecha ese medio de transporte se convirtió en una piedra en el zapato para sus directivos y administradores del sistema empezando por la forma cómo fue planeado y posteriormente construido, con la idea de movilizar en un corto tiempo cerca de 750 mil pasajeros diarios después de lo cual y pasados más de diez años de operación, acaso sí alcanza a transportar 450 mil pasajeros diarios, lo que por supuesto desestabilizó la relación económica entre la oferta del servicio y la demanda de pasajeros, afectándose con ello la sostenibilidad operativa del sistema y el manejo mismo de la operación con frecuencias por fuera de los tiempos de recorrido, que trajeron consigo que una parte considerable de los usuarios dejaran de usar esta medio de transporte.
Ha sido tal el impacto que ha sufrido el sistema desde el punto de vista financiero y operativo que la Superintendencia de Transporte a petición de METROCALI decidió aceptar la solicitud de promover la reestructuración de los pasivos de la empresa, con el fin de evitar en el futuro inmediato su liquidación por estar incursa en causal de disolución para el caso de que no pudiera cumplir con las obligaciones contraídas con sus proveedores y con el pago multimillonario en favor del operador GIT Masivo derivado del laudo arbitral proferido en contra de METROCALI.
Conviene precisar que la decisión de la Superintendencia de Transporte no es la de intervenir a METROCALI sino la de servir de enlace entre dicha empresa y sus acreedores con el propósito de acordar la forma y modalidades de pago de la deuda, sin que con ello se afecte el funcionamiento normal de la entidad ni de la prestación del servicio del transporte a los usuarios.
Este sistema de transporte masivo MIO tuvo su origen en el acuerdo a que se llegó entre las autoridades municipales de aquel entonces y el gobierno nacional que apoyándose en un modelo similar construido en la ciudad de Curitiva Brasil, terminó implantándose en varias ciudades del país, en donde se han reproducido los mismos problemas que hoy presenta el sistema en todos los lugares en donde opera.
Después de que varios concejales se desplazaron hasta dicha ciudad Brasileña para conocer las “bondades” del proyecto, de común acuerdo con el gobierno nacional la administración municipal decidió construir dicho proyecto después de que la municipalidad a través de MASITRANS había invertido cerca de 45 mil millones de pesos en estudios de pre-factibilidad y factibilidad del denominado Tren Ligero para Cali, que fue descartado de plano para aceptar la construcción del nuevo proyecto de buses articulados para el transporte masivo.
Ahora bien, para afrontar la quiebra técnica, operativa y financiera del MIO las administraciones de Guerrero y Armitage, apoyándose en el Plan Nacional de Desarrollo del presidente Santos le arrojaron un salvavidas al MIO bajo la modalidad de un subsidio de carácter temporal que posteriormente se convirtió en definitivo con el fin de favorecer a los operadores del sistema endeudados con los bancos, los cuales vienen presionando a METROCALI para que les aumente el valor que reciben por concepto de la tarifa técnica, circunstancia esta que por supuesto afecta el valor del pasaje de los usuarios del sistema.

Por su parte los concejales con algunas excepciones, los candidatos a la alcaldía y quienes aspiran a ocupar cargos de representación popular, poco o nada han dicho sobre la manera como reestructurán parcial o totalmente el sistema, fuera de frases simplistas como la de que “le harán unos cambios” sin precisar en que consisten y cuál es su verdadero alcance.
La Procuraduría tiene la obligación de investigar y sancionar a los responsables de un presunto detrimento patrimonial en el que aparecen comprometidos concejales, alcaldes y presidentes de METROCALI que no solo no advirtieron a tiempo sobre las falencias del sistema sino que con sus decisiones llevaron a la empresa a la insolvencia, además de promover acuerdos con los operadores a quienes les ofrecieron toda clase de gabelas y beneficios “so pretexto de salvar el MIO”, colocándose por encima de la ley al otorgarle subsidios indefinidos y al no hacer efectivas las multas a los operadores por el incumplimiento y el mal servicio prestado a los usuarios.
La presidenta de METROCALI durante varios domingos realizó un despliegue publicitario para mostrar las “bondades” del MIO, con un altísimo costo para la entidad a pesar de atravesar un estado de insolvencia debido a la incapacidad de satisfacer las deudas y obligaciones contraídas con los proveedores y operadores del sistema. Esta circunstancia demandaba la necesidad de que desde el Concejo Municipal y los entes de control se llamara por lo menos la atención sobre este grave hecho que implica un despilfarro de los recursos públicos, con el cual se creó una imagen distorsionada de la verdadera realidad por la que atraviesa METROCALI.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social