
Redacción
Con la serenidad del paso a los días, indudablemente hay que rechazar la voz terrorista y totalitarista, de Iván Márquez, Santrich y otros, para justificar un nuevo alzamiento de armas con modelo político y social pasado de moda, cuando el país entero sabe que la verdad se origina en su extradición y vinculación con el narcotráfico. El gobierno ha actuado constitucionalmente y a la oposición al gobierno, al quedarse sin argumentos, le ha faltado presentar propuestas para solucionar la crisis de la justicia, la política y del acuerdo de La Habana y ser más republicanos , para unir al país, ante nuevo ataque delincuencial
No hay consideraciones políticas y aún no se conocen declaraciones del partido comunista por ejemplo, pero sí el de las Farc quien rechazó a sus antiguos compañeros.
Hay que decirlo con claridad, ellos que estaban en el proceso de paz y en la Jep, nunca abandonaron el negocio del narcotráfico, allí están las evidencias cuando se tienen las pruebas reales de mantenerse en el tráfico de drogas para ser enviada a los Estados Unidos, después de firmado el acuerdo y cumplida la fecha del pacto del Teatro Colón.
El Estado, en cabeza del Presidente de la República y las Fuerzas Militares, actuarán como es debido, en cumplimiento de la ley. Ha perdido la Jep la competencia para juzgarlos, los beneficios como comandante y miembros de la las antiguas Farc y ahora deben ir a la justicia ordinaria.

Igualmente con la misma serenidad, hay que pedirle cuentas a la JEP sin tener la competencia buscaron pruebas con el gobierno de Estados Unidos y con la del “vivo bobo”, catapultaron su accionar jurídico y probaron que pertenecen a un concurso amañado en favor de las FARC, contadas excepciones.
Actuaron con rapidez para expulsar a los guerrilleros de la Jep, pero ya quien les puede creer, se le pide al Congreso de la República que genere el debate politico , para que lleguen las renuncias respectivas.
La Comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes debe investigar al Consejo de Estado, quien en su sala plena le mantuvo la investidura a Jesús Santrich ratificando la decisión en primera instancia que se había tomado, dice: “se considera que la privación de libertad con fines de extradición que le impidió posesionarse es causal de fuerza mayor que justifica su no posición”. Mediante este artilugio, fue declarado Santrich congresista, se posesionó, y la Corte Suprema de Justicia ordenó soltarlo, para que no lo procesara la Fiscalía y ya tardíamente ordenar su captura. Allí fallaron los Sres. Magistrados de dos altas cortes.

La Corte Constitucional indudablemente se ha equivocado, desde el momento en que se dedicó, no a defender la Constitución, sino a defender por encima de la carta constitucional , el acuerdo de paz de La Habana y allí igualmente tiene su gran cuota de responsabilidad.Maltrecha queda la justicia colombiana con estas decisiones equivocadas.
El gobierno probó las inconveniencias de muchos aspectos del acuerdo de la Habana, la entonces unidad nacional de Santos y la justicia colombiana deben dar respuestas, es una crisis institucional, con una oposición calculadora.