Editorial
El presidente Iván Duque después de instalar el Congreso en su último periodo, se dedica a planificar su discurso del 7 de agosto e iniciar su último año de gobierno del estallido social y la caída de la Reforma Tributaria tiene unas actividades urgentes que realizar en favor de los colombianos. En primer lugar por supuesto que tiene que acelerar el programa de vacunación y el atender esta pandemia que ha afectado el mundo entero y Colombia no es la excepción; de otro lado los estratos socio económicos 1, 2 y también los 3 y 4 el gobierno debe generar una creatividad para apoyar a las familias tendientes a resolver situaciones familiares, con altas tasas de informalidad y desempleo.
Pero debe dedicarse a atender la falta de credibilidad que tienen los colombianos en las instituciones y sus gobernantes, no se confía en nuestros líderes y por lo tanto es al Jefe de Estado al quien le corresponde devolverle ello a sus compatriotas.
Hay una tarea muy grande con la oposición, de tal manera que vale la pena que construya una plataforma legislativa con la coalición de gobierno y con la coalición de oposición, un plan de acción tendiente a disminuir los conflictos políticos que se han generado en estos 3 años de gobierno.
Y quizás de pronto lo más relevante de esta administración y afortunadamente tomó una decisión de designar a la vicepresidenta Marta Lucia Ramírez, como Canciller y es atender la credibilidad ante los países y la imagen en el exterior, son tareas inaplazables.
Por supuesto atender los problemas que tienen que ver con el orden público, paramilitares, guerrillas, que están copando gran parte del territorio nacional.
De otro lado los empresarios no pueden quedar solos y esa es una tarea primigenia porque de allí depende la dinámica de la generación de empleo.
Y es el primer mandatario de los colombianos quien debe mostrar caminos o puentes para minimizar la alta polarización que existe entre los partidos y líderes políticos, sindicales y sociales; pero ante todo, resultados en la vacunación, lo social y de nuevo lo económico, a partir de la reforma tributaria, que debe aprobar el congreso de la Republica en 3 meses