Luis Eduardo Echeverri Franky
Ingeniero Civil, miembro de una generación que ama el deporte
“Han pasado seis años de esto que publicó Sports Illustrated, la ‘biblia’ del deporte americano. …”Mi relación con el noreste de Ohio es mucho mayor que el baloncesto. No me di cuenta de eso hace cuatro años. Ahora sí“. … Así arrancaba la carta con la que LeBron James anunciaba su retorno a los Cavs tras cuatro años en Miami, donde ganó dos anillos.
“Cuando dejé Cleveland, tenía una misión. Perseguía títulos y ganamos dos. Pero Miami ya conocía ese sentimiento. Nuestra ciudad no lo ha tenido en mucho, mucho, mucho tiempo. Mi meta todavía es ganar el mayor número de títulos posibles, pero lo más importante es traer uno al noreste de Ohio“. Eso decía el hoy jugador de los Lakers, en relación la maldición de su ciudad con el deporte profesional. Desde los Browns (NFL) en 1964 ningún equipo profesional de Cleveland había sido campeón. LeBron tenía que volver a casa para lograrlo.
Lo hizo en 2016 tras remontar unas Finales que tenían perdidas (1-3) ante los históricos Warriors del 73-9. Aquella decisión de 2014 trajo tanta polémica como la de 2010, cuando se enroló en los Heat junto Chris Bosh y Dwayne Wade. Dan Gilbert, el propietario de los Cavs, que había censurado y criticado al jugador por su marcha, se retractó. LeBron también entonó el mea culpa. “Me he reunido con Dan [Gilbert], cara a cara, hombre a hombre, y lo hemos hablado. Todo el mundo comete errores. Yo también los he cometido. ¿Quién soy yo para guardar rencor?”, dijo James… Mientras LeBron estuvo fuera de Cleveland, los Cavs fueron el peor equipo de la NBA. Eso le permitió alcanzar a jugadores como Kyrie Irving, que luego serían fundamentales para la conquista del título en 2016, ya con el hijo pródigo en casa dispuesto a cumplir su lesión. James dejaría Cleveland en 2018 en busca de otros desafíos y se enroló en los Lakers.”