Se observa continuamente aquí en Cali y en todo el país, que hay conflictos y quejas permanentes e inclusive acciones violentas, tanto de usuarios como de contratistas encargados de los cambios de los aparatos de medición, para el agua potable, como los de energía.
¿Por qué ocurre?, porque en un absurdo cambio de política pública, a alguien se le ocurrió que las empresas tenían que cobrarles los aparatos a los clientes, o ellos comprarlos y llevarlos a los talleres especializados de las empresas públicas, en donde se probaban y se sellaban, para luego ir a colocarlos. Antes, era la empresa de servicios públicos que adquiría los elementos y los cambiaba cuando lo consideraba adecuado y pertinente, cosa que ocurría cuando detectaba que la medición estaba arrojando perdidas.
Es que la vida útil de los equipos en el rango de medición con precisión permitida o tolerable, arranca desde un 100% hasta su disminución hasta un 86%. De allí en adelanta estando a la baja, la pérdida se hace tan voluminosa, que no puede ni debe de ser tolerada.
Como en toda industria y empresa, los ingresos deben cubrir suficientemente los costos y dejar un remanente para el crecimiento y expansión de los productos y servicios, y además generar utilidades remanentes para sus socios.
Nadie debe entregar el control contable a un externo a la empresa o ¿creen que es lo correcto? Yo no lo haría.
Aquí, esa norma que cambió la responsabilidad por la medida de los consumos, lo que ocasiona es que los clientes y usuarios se molesten, porque creen que su medición esta buena y que si le cambian el aparato, fuera de que se lo cobren o que lo obliguen a comprar uno nuevo para probarlo y sellarlo, es con la intención de cobrarle de más. No entiende la situación, porque no se le ha instruido debidamente; porque no entiende que todo tiene desgaste y que ello amerita el cambio.
Sin embargo y por conocimiento de causa, porque manejé este tipo de procesos, puedo manifestar lo siguiente:
1. La medición es fundamental para calcular el agua consumida, individualmente por vivienda y en conjunto en toda la red. Igual sucede con la energía. Ello ayuda a saber si hay daños o fugas en la red de distribución de servicios.
2. La medición es dato importante para el usuario y el puede saber si tiene fugas internas en su vivienda o está consumiendo en exceso y auto controlarse. También si sabe leer los registros, puede saber si le están cobrando bien o erradamente.
3. El costo de los equipos en términos generales para la empresa es bajo pero para los usuarios puede ser alto, pues además le cobran el valor de la instalación y el de mantenimiento.
4. Para el caso de los medidores de agua potable o sea del acueducto, las pruebas indican que la vida útil para llegar al rango del 86%, es del orden de 6 años 4 meses para el tipo de medidores a los que les llaman tipo piña, que son los más comunes y en magnitud, es la mayoría.
Esos medidores se podrían reparar y volver a instalar en la misma vivienda u en otra, tal como sucedía anteriormente, con el 100% de precisión. Muchos duraban varias puestas. En general, son de relativamente bajo costo; su reparación igualmente es de bajo rango.
Estos medidores de tipo volumétrico de pistón oscilante, tienen la característica de que en su cámara hacen contacto en todas sus paredes, por lo cual, cualquier mal rozamiento especialmente porque pueden llegar partículas de la red a la cámara de medición, hacen trabar y parar el medidor. Puede suceder por daños en las redes de distribución. Esto puede llevar a la necesidad de cambio del aparato. Pregunto: ¿es esto justo para el usuario que no tiene nada que interferir en la red?
5. Pero existen otros medidores, solo que un poquito más costosos, que pueden durar más de 20 o de 30 años y más con una precisión mantenida alrededor del 100%, cosa encontrada y probada en los laboratorios, similarmente como se analizó en los primeros.
Son igualmente volumétricos pero con otra forma de desplazamiento del volumen a medir y se denominan de disco nutativo, que lógicamente pagarían con creces los costos de adquisición, los de operación, mantenimiento, atención al cliente, revisión y facturación. Esos medidores fueron una bendición en su momento y claro, cuando se le pide al cliente que los compre, se va por el más barato. ¡Qué gran equivocación de esa política pública!.
6. Hoy cuando las pérdidas en la mayoría de las empresas de servicio público de agua ronda cifras superiores al 35%, inclusive se acercan al 50%, menos entiendo esa política pública. La Superintendencia de Servicios Públicos, la CRA (Comisión Reguladora de Agua y Saneamiento Básico), ANDESCO (Asociación Nacional de Empresas de Servicio Público), debieran tomar cartas en el asunto, porque la situación cada vez se torna más gravosa y puede llegar a tener graves connotación por estados de violencia.
7. Si tomamos el caso de las mediciones de energía, tampoco se justifica que sea el usuario quien cargue con la medición, que debe igualmente ser manejada, controlada cuando a bien tenga, por la empresa operadora de los servicios públicos. Tampoco lo debiera de ser para la medición del gas.
8. Pregunto: ¿Por qué en teléfonos no es así? ¿Acaso el usuario compra los equipos medidores de la tarifación telefónica de la telefonía fija o de la celular?
9. En fin, a quien le interesa medir es a la empresa y no debiera estar en poder del usuario, la responsabilidad por el equipo de medición.
10. Igualmente pregunto: ¿Es de responsabilidad del usuario o cliente el robo de esos equipos, cosa que es muy común, especialmente en acueductos? ¿Cómo es posible que un equipo se coloque, lo roben nuevamente , se vuelva a colocar y deba el usuario volverlo a comprar, es decir pagarlo dos o tres veces en un año, como conozco que ha sucedido, lo que ha ocasionado que el usuario o cliente decida llenar la caja de concreto, dejando embebido el medidor, dificultando sus lecturas? ¿Si el cobro de un medidor y su instalación está del orden del 50% de un salario mínimo, se justifica esto? ¿Puede realmente pagarse o existe la facilidad económica de la comunidad para ello? Creo que la respuesta es negativa.
11. Definitivamente la medición no puede ni debe de estar al garete. Puede tal vez cobrársele el inicial, pero a la empresa de servicio público le interesa y se le hace necesario tener esa medición al día. Requiere y debe cambiarlo cuando lo desee o sea pertinente, o mantenerlo o sustituirlo. Debe buscar los mejores equipos y alargar la vida útil de los mismos, sea haciéndoles las reparaciones y actualizaciones oportunas o adquiriendo los que le proporcionan mayor precisión y edad de vejez. Es una reducción de costos en su bien y el de los usuarios y no se le traslada al usuario una responsabilidad por situaciones que el no puede controlar: partículas frenadoras del sistema o robos, o menor vida útil, y tampoco debe responsabilizársele por costos ineficientes del manejo de servicios y por el manejo indelicado de contrataciones o adquisición de equipos.