Redacción
Llego la época de más gastos en el año: cenas, regalos, salidas, los viajes, baile, feria, ofertas a meses sin intereses o compra ahora y pague en febrero, nuestras billeteras salen muy peladas. Tampoco es que te tengas que encerrarnos y volvernos aguafiestas para mantener las finanzas sanas, pero sí vale la pena que sigamos algunas recomendaciones para que los gastos de fin de año no aumenten las deudas para el próximo año.
No intercambies regalos
En diciembre es típico el amigo secreto en la oficina, la familia, los vecinos, la familia de mi novio(a) y a veces de algunos semi-conocidos o que de plano tú eres “caza-intercambios” y cuando te das cuenta ya tienes comprometida la mitad de la quincena sin que realmente quieras participar. Vale la pena entrar a un intercambio con gente que de verdad quieres, pero hacerlo solamente por ser y pertenecer, no.
Si te cuesta decir no, puedes proponer alternativas no tan caras –como las tazas para el café de la oficina o algo más simbólico como tarjetas con cumplidos, o creativas que sean divertidas y no impliquen tanto gasto.
Planea qué hacer con tu prima antes de recibirlo
Muchas veces cuando tenemos dinero junto nos da síndrome de millonario por un día y se va en puros gastos superfluos. Si decidimos qué hacer con él desde antes, tendremos más control. Si no recibimos prima por ser freelance se debe ahorrar cada mes un porcentaje para en diciembre tener el equivalente a 15 días de ingresos anuales y pasar estas fechas un poco más holgado.
No trates de ver a todos tus amigos
Es fin de año, no fin del mundo. El año tiene 365 días, podemos distribuir nuestra vida social en todos ellos para que diciembre no sea el principio de la quiebra por tantas salidas y visitas.
Ponte creativo con las actividades y alterna planes caseros con salidas.
Eso de hacer la visita de las 7 casas, los 7 bares o los 7 restaurantes puede ser financieramente agotador. Tratemos de alternar salidas nocturnas y cenas fuera con planes más tranquilos y caseros como un café o sólo ir a dar el abrazo. El chiste es convivir y se puede hacer de muchas formas.
Buscar en el clóset.
Las múltiples actividades sociales son el pretexto de muchos para comprar más ropa. Está bien uno que otro accesorio o alguna prenda por la que de verdad te morías de ganas, pero no te obsesiones por estrenar en cada evento, dale una buena revisada a tus cajones y seguro encuentras algún tesoro que ya habías olvidado.
Mídete con la comida.
En Navidad es tradición cocinar como para 80 personas cuando sólo van 15 a la cena. El famoso “recalentado” dura hasta febrero o acaba en la basura, a pesar de que ya le repartimos a familiares, amigos y vecinos. Como tirar comida es literal tirar dinero a la basura, calcula mejor las porciones y evita gastos innecesarios.
Invierte más tiempo que dinero en los regalos
Muchas veces confundimos afecto con precio y otras no nos tomamos el tiempo para buscar los regalos y acabamos gastando de más por ir tarde de compras al centro comercial a comprar lo primero que encontramos. Esto pocas veces deriva en un regalo que realmente le guste a la persona que se lo damos. Haz tus listas con tiempo, busca opciones en Internet, tampoco te obsesiones con darle algo comprado a todo el mundo: un detalle más pequeño o hasta algo hecho por ti se vale con algunos a los que sólo quieres darles un agradecimiento, pero no es tu familia o amigos más cercanos.
Cuida la electricidad
¡Ay qué lindo el arbolito y las 500 series que le pusiste a tu casa! ¿Pero de verdad es necesario tenerlas prendidas toda la noche? Quizás no, especialmente si eso incide en el recibo de la luz que llega en enero. Un tip adicional: opta por adornos y series de LED, que gastan menos electricidad que las tradicionales.
Llegó navidad, ten buena actitud, diviértete y festeja ¡que eso es gratis! El presupuesto no incide en cuánto disfrutes las fiestas ¡Prospero año y mucha paz en tu hogar!