Por Alexandra Garzón
Las calles del centro de Cali son un una suerte de plaza de mercado, en las que se puede encontrar desde un alfiler hasta una nevera, pasando por la gastronomía más caleña y variada que sigue dando cuenta de la “Toma de sus calles y el espacio público”, que cada día hacen más y más habitantes de la “Sucursal del Cielo”, que por cierto sigue en constante renovación y hay que decirlo, a veces uno mismo no se siente tan en el cielo, pero no nos meteremos en esta ocasión en tan escabroso tema.
En esta sección de Cali Escribe, continuamos en el desarrollo de una actividad de reportaje ciudadano precisamente con estos hombres y mujeres caleños, de sangre o por circunstancias, que se ven en la necesidad de buscar salidas a la problemática social, de la que ya hemos hablado en entregas anteriores, y que no es otra que el desempleo en la ciudad de Cali.
Sin embargo al avanzar en las conversaciones con vendedores no sólo de diferentes productos y servicios, estacionarios o ambulantes, padres o madres cabezas de hogar, etc., ha emergido lo que desde nuestro programa de opinión radial Ciudad al Aire-Unidos, por Cali, hermano de Cali Escribe en este llamado a la consciencia de la ciudadanía caleña, un elemento diferenciador y que permite pensar que en medio de la crisis y las situaciones difíciles, por las que a diario atravesamos, hay gente que se está esforzando y que está pensando en soluciones, sin quedarse en la lista larga de quejas e insatisfacciones.
Y como en Cali Escribe se hace el Reporte urbano hombro a hombro con la comunidad, con quienes viven día a día las situaciones que ponemos a consideración de nuestros lectores, pues aquí va lo que conversamos con Wilson cárdenas, un hombre de tez blanca cabello largo y mirada serena, que llevaaproximadamente unos veinte años trabajo en la calle. Wilson es artesano de oficio y deambula con su negocio en la calle 13 con 5, en las horas pico. El mismo se considera estacionario, pues aunque no le alcanza para reunir los requisitos necesarios para constituirse como tal, considera que el sólo hecho de tener como sitio fijo de trabajo ese pedacito de calle, lo hace diferente a los ambulantes que tienen que ir de un lado para otro, huyéndole al lobo. A lo que suma su clientela fija, que es la que le ha permitido sostenerse durante tanto tiempo a expensas de la innegable competencia de un mercado que va en aumento.
La perspectiva de Wilson frente a legalizarse dista mucho de convertirse en realidad. “¿Quién no quiere progresar? Pero muchas veces no hay ni para el sustento diario de la familia”… y es que según Wilson para formalizar su situación le piden “Mucho requisito y muchas veces uno no puede cumplir con eso.”
Avanzando hacia lo que el Doctor Fabio Rodríguez se ha referido en varias ocasiones como la “solucionatica” del asunto, Wilson expresa que“En lugar de tanta represión hay que buscar soluciones. Aquí lo quieren atropellar a uno… ¡Aquí no podes trabajar! pero nunca le dicen vamos a hacer esto, vamos a organizarnos… Por ejemplo en el 2000, que fue cuando desalojaron los vendedores de la calle 13 desde la 1 hasta la 10, igual la 15 y los ubicaron allá abajo en la olla, los mandaron allá con los ladrones… entonces allá no pasó nada, la gente volvió y se tiró a la calle porque… ¿qué más hacemos?”
Y añade “Si uno que se considera de la calle, se mete por todos los huecos y a veces le da miedo meterse por allá… ahora ¿Qué será la gente bien?… sería muy bueno por ejemplo un parque, un sitio bien agradable para uno y para los clientes”.
Desde otra perspectiva habla Gustavo un joven vendedor, estudiante de cuarto semestre de Administración de Empresas, que trabaja hace seis años en el centro de Cali, en un local comercial legalmente constituido, ubicado en la calle 15 con carrera 5.
Para Gustavo la legalización del trabajo es algo muy importante. El considera que tener registro mercantil y estar organizado legalmente, “Abre mucho más las puertas a generar empleos…La informalidad, por ejemplo, no permite tener puertas abiertas para créditos con los bancos y dificulta que se pueda llegar a ser un empresario”. Además asegura que “Permite que se fomente el empleo. Se puede ir creciendo y generar oportunidades para otros. En el almacén hay en este momento unos 10 jóvenes trabajando. No todos estudian”…
Y se tocó el tema de la educación, que indiscutiblemente es una forma contundente de apostarle a la solucionatica. En palabras de Gustavo “La educación es muy importante no sólo para generar empleo, también para formarse como persona y tener una cultura ciudadana… Hay muchos factores en los que influye ser estudiante…” y uno de esos factores, que viene a robarse el protagónico en esta historia, es caminar decididamente hacia el emprendimiento.
Al respecto Gustavo comenta,“Generar empleo como jóvenes es algo que tenemos que hacer todos… No meternos en la cabeza que tenemos que ser trabajadores, sino ir por lo de nosotros… Por eso el estudio es muy importante, pues permite abrir el camino hacia esa forma de generar empleo.”
Entonces, me queda la pregunta del alma ¿Qué tal si se pensara en estrategias de solución por vía de la educación y no sólo en villanos, como el lobo, para atacar la problemática social del desempleo y la informalidad en Cali?