Redacción deportes
Capital Factor se fue a los abogados con la Corporación Deportiva América. Las diferencias que habían marcado el destino de la separación no pudieron solucionarse diplomáticamente y ahora es materia de jueces. Como no se disolvió legalmente el compromiso adquirido anteriormente, en el que Capital Factor se iba a hacer cargo de los pasivos del equipo, de lo cual queda constancia en papel.
Y es que la gente de la empresa inversora no se viene con vueltas. Hablan incluso de que dicho incumplimiento podría generar una sanción de tipo pecuniario, lo cual, bueno… hay que mirar cómo están las alcancías de este sufrido pueblo pintado de rojo. En suma, de nuevo el desastre organizativo (admitir narcos también lo fue) lo deja al borde una sanción económica que ahora sería un K.O.
Los norteamericanos fueron avisados por correo electrónico de que la Corporación Deportiva América deba de baja la validez de dicho acuerdo y tomaba las riendas del todo, incluyendo la nómina y las divisiones menores. Esta decisión unilateral no le dejó otra opción a capital factor que la demanda, la cual se viene pronto-pronto y podría hacer que la empresa estadounidense pasara a ser el principal acreedor del equipo.
Vuelve el Tigre
Jairo “El Tigre” Castillo asoma la cabeza después de unos años. El popular “carrito chocón” tumaqueño retoma la senda escarlata, para conducir el ataque del américa en un torneo plagado de despistados caminantes que no ofrecerán resistencia ante la potencia de su carrocería (aquí usado como sinónimo de “habilidades para la gambeta”), Luego de su paso por Argentina, el Tigre se ve motivado a dejar un buena despedida para las páginas finales de su biografía.
El tipo la quiere hacer espectacular y junto a Jersson, retoman los estandartes de la gloriosa alineación de comienzos del año 2000, cuando lograron, incluso, un tricampeonato. Que queden campeones pues, pa' que se vayan de una vez a beberse la pensión.
¿Castillo al fin contra el Junior?
El ‘tigre’ ya estará listo para el partido frente al Junior y será probablemente de la partida, o al menos, emergente. Más alegre aún está el venido del fin del mundo, el uruguayo Melo, que no cabe en su metro sesenta después de enterarse de su titularidad a esas horas de la vida.
Amanecerá y veremos cómo sale todo esto