Por Hugo Salazar Jaramillo
Ingeniero sanitario
Cuando observamos que nuestra calles se rebosan de agua lodo, que los sumideros en donde los hay, no son capaces de evacuar el agua que corre por las diferentes vías, que los canales suben sus niveles y se rebosan, inundando parques, zonas verdes, vías, viviendas, garajes, etc., y el caos y el pánico cunde, las miradas se dirigen hacia las empresas de servicio público, en cualquier parte del país.
Cuando las quebradas, riachuelos y ríos elevan sus niveles y se salen de sus cauces, ocasionando inundaciones rápidas, la impotencia llega a sus máximos niveles.
En todo esto y sus consecuencias existe un único responsable: el hombre mismo, en primer lugar; en segundo, las autoridades territoriales con el Sr. Alcalde a la cabeza y los señores Gobernadores en sus territorios.
Porqué: porque se han montado en unos cargos, para los cuales no estaban preparados y tampoco se preparan adicionalmente para afrontar los que se les viene, y menos piensan en la planificación adecuada del territorio que les toca administrar y que ha sido adicionalmente manipulado en sus directrices por los concejos municipales y por las asambleas departamentales, puesto que por sus sugerencias o por hacerle juego a lo que hace el gobernante de turno, lo que menos importa es la calidad de vida de la comunidad y solo piensan en perpetua su nombre, en obras magnas, que se ven pero que sus resultados no son los del beneficio común y general. Ni menos prioritario.
La planificación de un ente territorial, debiera con su POT o similar, trazar con capacidad técnica real y con visión de corto, mediano y largo plazo (más de 25 años), la ruta a seguir, en la que se incluyan todos los factores que se puedan afectar dentro de su territorio y a sus vecindades o que finalmente afecten al ser humano y a la fauna, la flora, las fuentes hídricas, el suelo, el subsuelo, observando la vulnerabilidad del territorio, los riesgos y su mitigación, previendo y definiendo el manejo de los servicios públicos domiciliarios y los no domiciliarios, la recreación, la protección de humedales, la topografía, los patrimonios paisajísticos, el transcurrir histórico de los eventos naturales, etc., y todo eso en su conjunto, pueda permitir definir la senda por la que debe desarrollarse ese territorio.
Como no sucede, las invasiones de los espacios públicos, los de reserva natural, las de reserva forestal, las rondas de las quebradas, riachuelos y ríos, el avasallamiento de humedales y su desecación, la invasión en lomas y en orillas de los afluentes, la agricultura indebida, y la construcción en zonas de recarga de acuíferos y la pavimentación o cambio de zonas de infiltración de aguas lluvias, zonas blandas, por zonas duras, hacen que corra superficialmente lodo y agua a rodos, llevándose todo lo que encuentren por delante.
A territorio del municipio de Cali y a su ciudad capital, le está pasando la cuenta la naturaleza por efecto de la planificación inadecuada de su territorio, a la permisividad de sus gentes y especialmente de sus gobernantes, de sus “políticos”, a la falta de la participación ciudadana.
Permitir el destrozo de sus cerros, de su franja forestal y de reserva, de la construcción impositiva y sin norma acondicionada al territorio, hace que llegue a una ciudad que es plana en una gran parte de su área, pues para recordar, la ciudad es alargada, con cerca hoy de 18 km de largo (Sur-Norte) por 5 km de ancho en el norte y de cerca de 8 km en el sur, distancia entre el Río Cauca y las laderas occidentales construidas, que tiene pendientes altas en su parte occidental, pero que muy rápidamente llega a una planicie, que indica que entre las lagunas del Pondaje y la salida al Paso del Comercio (Recta Cali-Palmira) hay solo 67 cms de caída o pendiente. Que entre el Río Lilí con el puente de la Cali-Jamundí, a la Planta de Puerto Mallarino, hay solo 10 mts de caída o pendiente, cuando el río está alto, tal como sucede hoy.
Qué significa todo esto, que los seis ríos de Cali, vienen con alta velocidad y pendientes, son de corta longitud y que llegan rápidamente a una planicie, que trayendo mucha agua, mas la que cae en la ciudad, fácilmente ocasiona inundabilidad.
No hay forma de seguir creando canales, ni grandes tuberías de transporte para llevar esas aguas a las desembocaduras de esos ríos, pues recordar que se cruzan: Aguacatal en el río Cali y este al Cauca y los ríos Cañaveralejo, Meléndez y Lili, llegan al Canal Interceptor Sur y de allí al Río Cauca. El canal interceptor Oriental, llega a estaciones de bombeo en el Paso del Comercio y de allí al Río Cauca y los canales de Aguablanca (varios), llegan a la estación de Bombeo de Aguas Lluvias de Pto. Mallarino y de allí también al Cauca.
Considero que no fue buena la interceptación de los ríos, pues se habrían podido manejar las aguas de escorrentía, a través de grande humedales y del transporte del agua por los cauces de esos ríos, tratadas adecuadamente, permitiendo crear grandes corredores ecológicos y parque y jardines en sus orillas. La naturaleza enseña y los humanos no aprendemos, si el río coge velocidad y caudal, hace meandros (curvas de almacenamiento) y crea humedales; nosotros los destruimos.
Ahora en donde ya no hay espacios para meter esos grandes canales y grandes tuberías y estaciones magnas de bombeo, con todos sus riesgos, solo caben los humedales naturales y artificiales.
La administración municipal, deberá apropiarse de la experiencia vivida en la ciudad, la región, el país y lo que pasa en el exterior y definir la forma urbanística que debe la ciudad hacer hacia el futuro y si puede, transformar parte de la existente. Algo aún se puede hacer, fuera de frenar y reversar las invasiones-negocios, no solo de estratos cero, sino de todos los estratos incluidos el 6.
Además, los usuarios que pagamos la factura de los servicios públicos, estamos comenzando a sentir que los grandes costos aparecen por fuerza de inversiones que en forma directa no debemos pagar, pues el manejo de las aguas lluvias y las de escorrentía, al igual que el control de inundaciones, NO SON UN SERVICO PÚBLICO DOMICILIARIO.
Al paso que vamos, todos los municipios terminarán trasladándoles la responsabilidad a esas empresas y por ende a los usuarios y esa es una responsabilidad netamente del señor alcalde y de la municipalidad. Si quieren que esas empresas les manejen el asunto, que les paguen por ese servicio, pero no por las tarifas de los servicios públicos de acueducto y alcantarillado. Es además una necesidad que el ministerio del Ambiente, la CRA (Comisión Reguladora de Agua Potable y Saneamiento Básico), analicen el asunto y restructueren las normas pertinentes.
El lodo que baja de la loma, el agua que escurre y se acumula en la parte plana, no puede seguir manejándose como hasta hoy se hace, las redes ya no tienen la capacidad de transporte, no se justifica su ampliación ni tampoco más canales, solo HUMEDALES DE RETENCIÓN, NATURALES Y ARTIFICIALES; aprendamos de lo que ya otros se dieron cuenta y vámonos en paralelo con la naturaleza, pues !el CAMBIO CLIMATICO llegó para quedarse¡