En el libro “futbol a sol y sombra” de Eduardo Galeano, se planteaba que sólo una vez a la semana la ‘ciudad’ desaparece, la rutina se olvida y sólo existe el templo: “Rara vez el hincha dice: «hoy juega mi club». Más bien dice: «¡Hoy jugamos!».
En Cali el templo vendría siendo el Pascual, el estadio que remodeló Ospina por $104 mil millones para presenciar la página más dolorosa de la historia del rojo. Atendiendo la metáfora de Galeano, el descenso del América le dolió al hincha rojo como la propia muerte porque debió decir: “Hoy descendimos”.
Pero no fueron sólo los jugadores como equipo, los directivos como club, ni siquiera los hinchas como organismo los que descendieron, —aquí está lo complicado—, sino también la ciudad como plaza futbolera también descendió.
Los que por estos días se ríen de mala leche con ‘tragedia’ del América, algunos hinchas verdiblancos del rival de patio, desconocen que ellos y el club azucarero también pierden, y mucho.
En días pasados la página Nuevo Estadio sorprendió con un análisis que traía a colación cuánto perdía Cali como ciudad, la web especializada en futbol declaraba que no solo en lo deportivo se pierde con el descenso del América de Cali a la ‘B’ del Fútbol Colombiano, también la ciudad de Cali se afecta en los frentes económico, turístico, mediático y comercial.
El Deporcali, por ejemplo deja de percibir su taquilla más alta del año, al menos $700 millones al año, para cortar por lo bajo. Los periodistas deportivos agregan que su trabajo quedará reducido a la mitad, más aún la prensa especializada y algunos comentaristas incondicionales con el América. Ahora deberá hacer migas y seguir dos torneos, la liga y el ascenso.
Según un estudio publicado por la Dimayor, entre los Ingresos Operacionales de los equipos profesionales de futbol (datos hasta 2005), la taquilla se lleva una parte grande del pastel, en promedio alcanza el 42% de los ingresos.
El informe titulado “Desempeño Financiero De Los Clubes Profesionales 2003-2005” se detiene además en el Deporcali: “En 2003 sus ingresos fueron de $12.083 millones, 13.326 millones en el 2004 y $13.258 millones en el 2005. La taquilla y los derechos deportivos de los jugadores representaron 38% cada uno, que ascendieron a $5.040 y $5.045 millones respectivamente”
Pero desde 2010, con las sucesivas crisis causadas por las malas administraciones del actual Comité Directivo, los ingresos del Cali han caído de manera onerosa, a la par de su rendimiento deportivo. Si restamos las taquillas de los “Clásicos” con el América, obtenemos cifras nada despreciables.
A eso hay que agregarle que la logística y el costo para el llamado “clásico del valle” es mucho más sencilla que desplazar a la plantilla a otras ciudades del país.
Cuando el verde jugó en 2010 en su estadio ‘Coloso de Roso’, las taquillas fueron famélicas y sólo los clásicos pudieron mostrar llenas las tribunas de este enorme elefante gris, donde se recuerda un 6-3 para el Cali, aunque sin estadio lleno.
Y eso para no hablar de la continua rotación de jugadores que, gústele o no a las fanaticadas, pasan de uno a otro club, cual puerta giratoria, total, están demasiado cerca para no conocerse. Ejemplos hay muchos.
Frente al tema de las taquillas, en el resto del país el cuadro escarlata tiene copiosas fanaticadas, sobretodo en Bogotá, donde las asistencias son altas siempre que aparece el ‘diablo’ de visitante. El América despertó y sigue haciéndolo toda clase de amores y odios, producto de un pasado glorioso donde el América era la bestia a vencer, ya fuese por lo que representaba su imagen de juguete del Cartel de Cali, como por su constelación de estrellas conseguidas por métodos non-santos.
La ‘resiliencia’ es un término de la sicología (prestado de la física) que habla de la capacidad de sujetos o grupos de sobreponerse a períodos de dolor o traumas. Si América puede levantarse a esta nueva situación y capitalizar lo negativo como oportunidades para el cambio, incluso puede resultar fortalecido.
Pero entre tanto, flaco favor prestan los demás actores de la ciudad en pensar que esto puede resultar bueno o que sólo el América pierde. Con su caída a la segunda división, de alguna manera perdemos todos.