La animación que veremos es el trabajo de Yuli Velasco Vargas una estudiante graduada de Bellas Artes. La verdad da gusto encontar un tabajo tan bien logrado. Mezclando poesía y animación Yuli aborda el tema ecologico y de patrimonio haciendo un homenaje a los árboles y a Cali en general, a traves de una interesante propuesta estetica.
Le pedímos a la realizadora, Yuli Velasco que fuera ella misma quien nos contara el proceso de realización de la pieza, que nos hablara de sus motivaciones y su experiencia. Aquí esta su respuesta.
Este corto animado fue mi proyecto de grado en Bellas artes, me gradué como diseñadora gráfica en diciembre del 2010. La idea nació de la unión de muchos momentos, sobretodo de la inquietud que en mi rondaba por ese tiempo sobre el rol del diseñador gráfico.
Estaba a ya a punto de graduarme y sentía angustia pues creo que un diseñador gráfico es más que una simple persona que opera un computador y que hace efectos para que todo se vea lindo. La verdad me angustiaba porque para muchas personas es así, el diseñador es solo para hacer vallas, marca, etc. Y está bien, si lo disfrutan, pero para mí, era desaprovechar el potencial de un diseñador; quería aplicar todo ese conocimiento en cosas que beneficiaran a la comunidad, que de alguna manera expresara y mostrara cosas realmente valiosas.
En mi siempre ha existido un interés por el medio ambiente y como se tratan estos temas. Es decir, siempre con las mismas palabras, las mismas campañas, el mismo decir de "nuestros recursos naturales". Para mí los entes naturales no son de nadie, son de sí mismos. Como a eso de sexto semestre me entró el interés por el diseño ecológico, y el gran desafió era: ¿cómo aplicarlo en el diseño gráfico? Era evidente que otras ramas del diseño habían tenido más exploración en cuanto a materiales; bueno en fin. Quería una propuesta ambiental planteada desde otro punto de vista, que para mí era más sincero.
La cosa empezó así, la primera vez que viaje a Bogotá y salí a las calles, sentía que hacía falta algo y me di cuenta que eran los arboles. Todo ese pavimento me hizo pensar en ellos, en la calle quinta desde la 56 con todos esos hermoso samanes y ceibas, al compartir esto con otras personas muchas de ellas cayeron en cuenta de eso, y sentí que hacía falta resaltarlos para que la gente se diera cuenta que de alguna forma somos privilegiados de vivir en una de las ciudades más arborizadas de Colombia.
Empecé a recolectar datos en la sala valle del cauca en la biblioteca departamental, sobre la cantidad de arboles que había en la ciudad, las especies, etc. Hasta que di con algunos poetas de época que escribían mucho acerca del paisaje del valle y acerca de la ciudad, algunos de ellos son Rodrigo Escobar Navia, Jorge Isaac, Eduardo Carranza, Mario Carvajal, eran personajes muy enamorados del paisaje, de los árboles, de las palmas, de los ríos, etc. Entonces la poesía me pareció el lenguaje más acorde para referirse a la naturaleza, era bello como lo es ella, suave, conmovedor, reflexivo, que suscitaba muchas emociones como lo hace la naturaleza; ¡quería una pieza gráfica poética!
Así llegue a la conclusión de que lo más acorde podía ser una animación, porque era una pieza que no generaba residuos, y podía transmitirse en muchas partes de forma masiva, tendría mayor alcance de público.
Me tomo como año y medio entre recolección de datos, organización de ideas y producción del corto.
Primero empecé a pensar en cómo sería el mensaje expresado, quería que fuera sencillo, para que todas las personas independientemente de su estrato socioeconómico se sintieran identificados con él, por eso opte en representar momentos cotidianos, sencillos, comunes pero que fueran momentos reflexivos junto a los arboles, identifique tres tipos de personajes que para mi eran muy relevantes: la chica que recuerda momentos de infancia, la señora que vende chontaduros y se protege del sol junto a un árbol y el señor ya adulto mayor que recuerda con nostalgia como ha cambiado la ciudad y como algunos árboles han desparecido; claro que todo esto no lo escogí yo solita, por mero capricho mío, hice una encuesta en algunos parques de la ciudad, la gente también me ayudo a escoger los escenarios.
Yo desde siempre he escrito cositas muy mías, quería que los textos fueran míos, así que empecé a leer poesía, a visitar mas los árboles, a observar a la gente; un amigo mío le gusta mucho escribir y él fue quien me ayudo a editar los textos, mi amigo es el que aparece en los créditos, Miguel sierra, él fue quien me ayudo con el tema de ortografía, organización de las palabras y puntuación.
Hablar con la gente por medio de la encuesta fue muy importante me ayudo a establecer los personajes, las acciones, los escenarios, las emociones que debían ser planteadas, mejor dicho casi todo. Y pues así se fue construyendo todo, en base a lo que pensaba la gente y también mi punto de vista claro.
La técnica es, pues yo en mi campo soy plástica, me gusta que el trabajo que hago tenga ese vinculo con mis manos, con la experiencia directa, que el producto final sea irrepetible y como ando en la búsqueda de maneras alternativas de aplicar el diseño gráfico más sostenible, más amigable con el medio ambiente, utilice hojas que ya habían sido utilizadas por las dos caras, las reutilice dibujando encima de ella, por eso los dibujos tienen letricas por ahí, utilice material de desecho, cartón, revistas, incluso alambres que habían desechado, fue una combinación entre lo artesano y la maquina (pc). La técnica de animación es rotoscopia, es una técnica que se caracteriza por mostrar movimientos muy reales, consiste en grabar a los actores realizando las acciones y después aplicar ya la técnica visual encima de esos movimientos.
Para eso me ayudaron amigos, que también aparecen en los créditos.
La música y las voces fueron amigos que me ayudaron, fue trabajo en conjunto de lo que yo quería y lo que ellos proponían.
Como puedes ver el corto animado fue un collage de muchas cosas pero que llevaron a un fin en común, los arboles, la poesía, el diseño ecológico, todo se iba conectando.