Por Andrés Belalcázar
Al interior de todas las empresas se viven situaciones que pueden ser desagradables, en algunas ocasiones un liderazgo mal enfocado, pueden generar descontento o desconfianza y un clima laboral negativo. Estos casos producen verdaderos dolores de cabeza para los empleados provocando que la productividad baje por cuenta del descontento y los empleados piensen más en salir corriendo que en lograr sus objetivos.
Uno de los factores que pueden provocar estrés e insatisfacción laboral en los seres humanos tiene que ver con lidiar con un jefe “incompetente”, es probable que el trabajador esté realmente comprometido con la empresa e incluso disfrute de las labores que realiza, sin embargo, tener un superior así puede provocar desmotivación, frustración y emociones que motivan a tomar la decisión de renunciar.
Pero cuales son algunas de las características que tiene un líder incompetente:
1. Un jefe que no está preparado para el rol líder que asume dentro de la compañía delega en exceso las actividades a sus subordinados.
2. Tarda en tomar decisiones importantes que beneficien al equipo y/o empresa.
3. Somete a presión a su equipo de trabajo.
4. Se involucra poco con la gente que le rodea o por el contrario se involucra demasiado.
5. Endilga responsabilidades sin conocer las competencias de sus empleados.
6. Da órdenes contradictorias.
7. Destruye la confianza de sus empleados con conductas erráticas. Etc.
Trabajar en estos términos se torna insoportable. El subordinado no puede controlar directamente estas situaciones y ya que quien decide cómo se conformará un equipo de trabajo es la dirección, la gerencia o el área de recursos humanos, no puede más que hacer observaciones “prudentes” con el temor de afectar su puesto.
Pero se pueden tomar algunas medidas que pueden ayudar a sobrellevar la situación y aminorar los malestares que desencadenan el deseo de salir de la empresa.
Como se aguanta el asunto:
Un subordinado siempre debe respeto: es importante reconocer que el jefe tiene poder, y ese poder siempre puede confundirse con “razón”, por este motivo, es importante evitar confrontarlo en público o frente a sus superiores, esto no te va a ayudar, puede provocar más problemas y deja abierta la posibilidad de que te consideren como una persona “conflictiva”. Mantener una línea de respeto y prudencia puede ser de gran ayuda.
Trate denegociar: busque de manera diplomática un espacio para orientar a su jefe sobre cómo ejecutar el trabajo, sin que él se ofenda o se sienta amenazado. Esto es fácil decirlo, difícil de hacer.
Concilie sus criterios: trabaje de manera autónoma y busque la unión de sus ideas con las de su jefe, de esta manera se agregará más valor al trabajo en conjunto que se realice.Busque aliados: la mejor manera de mostrar el trabajo y el esfuerzo de cada uno es siendo honestos y proactivos, construya una red al interior de la organización, para que ellos sin que usted se delate, se den cuenta del potencial que posee y puedan promoverlo para su crecimiento profesional.
Pero la salida final puede ser esta:
Solicite un cambio de área: finalmente si ya siente demasiada molestia, puede acudir al área de recursos humanos y comentar que ya se siente listo para dar un paso más y tomar mayores responsabilidades por lo que solicita un cambio de área. Jamás hable mal de su jefe, mejor sea propositivo y ofrezca soluciones.
Resulta importante no declarar la guerra aunque le gustaría hacerle la vida imposible a su jefe. Es vital que se fomente el trabajo en equipo, convertirse en aliado, tratar de mostrarse receptivo a sus observaciones y enlazar correctamente ideas conjuntas con esto logrará que con el tiempo él comience a darle más valor a su opinión y usted se sienta menos frustrado.
Si su jefe es en realidad un verdadero hp, recopile pruebas de su incompetencia y sus desmanes. Nunca se sabe cuándo las va a necesitar.