Por redacción ciudad
Más de un kilómetro. Esta es la distancia que algunos habitantes y visitantes del oeste de Cali tiene que camina si desean abordar un bus urbano de los que aún pasan por la carrera primera. Desde los paraderos en el Paseo Bolívar hasta los que existen ya en la calle quinta hay una distancia descomunal. En dicho trayecto sólo se puede abordar un alimentador del MIO, el A01, ya casi a la altura del puente que comunica con la quinta. Para los que aún son usuarios del sistema tradicional de transporte, el cual cubre zonas de la ciudad que descuida el sistema integrado, o realiza los recorridos en mucho menos tiempo.
Para alguien que desee ir en media hora desde el centro hasta el extremo sur de la ciudad el MIO le puede hacer perder hasta una hora. El mismo recorrido, abordando un coomoepal 7, se hace en media hora, o menos, si se viaja a altas horas de la noche, cuando el chofer acelera como si no hubiera mañana. Un recorrido que se puede hacer en media hora menos, una opción tentadora en una ciudad que ya es más bien enorme.
Pero los usuarios de este transporte alternativo no cuentan con un respaldo por parte de la organización vial. Los paraderos que se encuentran sobre la carrera primera se encuentran sobre una isla ubicada sobre esa avenida de alta velocidad. Otro elemento que parece puesto ahí solo para dificultar el abordaje.
¿Cómo se llega a esa isla? Hay una cebra que llega desde una de las aceras, pero no continúa hacia el otro lado. Los guardas de tránsito suelen ubicarse metros más abajo, casi sobre el CAM o a la altura de Bellas Artes. Allí intentan evitar que los buses se detengan a recoger pasajeros, los cuales, a fuerza de costumbre, siguen llegando a esperar buses que ya no paran.
Metros abajo, la cebra es irrespetada pro los conductores que vienen por la carrera primera, la cual, a esa altura, es interpretada por los conductores como una vía rápida. Pocos se detienen y los peatones deben correr para pasar al otro lado, dificultando la llegada al único paradero que hay en todo el trayecto.
Como se puede ver, todo un escenario configurado para dificultar el abordaje de un bus en toda la zona del CAM, Bellas artes y bajo centenario. No existe el más mínimo conocimiento de las necesidades de los habitantes y trabajadores que frecuentan la zona. Hay un solo paradero en toda la carrera primera y al mismo se llega a través de una cebra que nadie respeta. ¿Existe algún plan para desestimular el uso de los buses tradicionales? Seguramente no, pero tampoco existe ninguna planeación de la movilidad en el sector. El desorden cobra sus víctimas día a día.