En la justicia de Cali pareciera que el tiempo se hubiera congelado. La situación que están afrontando hoy los trabajadores, usuarios y abogados de este sector, es similar a la que se vivía treinta o cuarenta años atrás, con sedes por todo el centro de esta capital, y en las condiciones más infrahumanas para utilizarlas. Es tan grave la situación que hoy la justicia está funcionando en 27 edificios y locales diferentes.
Por Oscar López Noguera
Comunicador Social – Periodista de la Pontifica Universidad Javeriana de Bogotá,Ganador de 20 premios de periodismo, Corresponsal para NTC Noticias, Noticiero AM PM y Noticias Uno. Jefe de redacción y editor general de Noti 5. También ha trabajado con el noticiero 90 Minutos, Noticias CVN. Fue director de comunicaciones de la Universidad Icesi y asesor actual de la sala de prensa de la Pontificia Universidad Javeriana – Cali. Productor de vídeos institucionales y documentales.
Si hay un sector que ha tenido dificultades para trabajar en Cali, es el de la justicia. Al cumplirse cuatro años del atentado terrorista que afectó la estructura del Palacio Pedro Elías Serrano, y que se convirtió en el “detonante” de una crisis que hasta el momento no se ha superado, cabe anotar, que esta edificación, duró catorce años para construirse.
Tradicionalmente la justicia no tuvo una sede unificada en la ciudad. Y ante esta circunstancia, en 1968 se tomó la decisión de demoler la gran galería central, para que en su lote se construyera un complejo judicial. El proceso de construcción, arrancó en los años setenta. Y tal como ocurre actualmente con la remodelación de este edificio, pasó mucho tiempo, producto de la burocracia, la tramitología y los temas presupuestales, para que comenzara a ejecutarse la estructura, por esta razón durante una década, las columnas y cimientos que se habían levantado estuvieron expuestos, sin que las obras avanzaran.
Mientras tanto los juzgados de instrucción criminal, antigua Fiscalía General, estuvieron distribuidos en diferentes sedes. Por ejemplo algunos funcionaron en seguida del Palacio de San Francisco, en calle 10 entre 8 y 9. En el Palacio Nacional de la Plaza de Caicedo, funcionaba el tribunal Superior, como está ocurriendo actualmente.
Para que Cali cumpliera con el anhelo de contar con una sede unificada según el Ingeniero Civil Claudio Borrero Quijano: “Se estableció una junta pro-palacio, se emitió una estampilla, y en la organización participaron varias juntas de gobernadores, que fueron gestando el proyecto”. Con este aporte decidido se aceleraron los cronogramas de los trabajos. Y en 1985, se terminaron las obras. Se adecuaron los primeros juzgados, en la denominada Torre A de cinco pisos Después se terminó, y comenzó a funcionar la torre B, que inicialmente se había proyectado para 14 pisos y que entro en funcionamiento en 1992, cuando fue ocupada por jueces y fiscales
Un palacio de justicia que no tenia ni agua en sus últimos pisos
En el año 2006, veinte años después de su inauguración, el estado del Palacio de Justicia de Cali no era el mejor. No obstante el hecho de no ser una estructura tan antigua, presentaba problemas hidráulicos, hasta el punto que del piso 14 al 18, no había servicio de agua. Situación que ocurría especialmente en las horas de atención al público. Para utilizar los baños, los empleados tenían que bajar balde en mano, a los otros pisos a surtirse de agua.
La estructura de cableado eléctrico resultaba obsoleta, por el paso de los años para atender la demanda de equipos electrónicos que se fueron instalando en todos los pisos, Y en los cuáles también se evidenciaba que del diseño original, se fueron ampliando los espacios y cubículos para trabajadores, en virtud a la demanda del sistema judicial, que en su momento llegó a 980 empleados de 127 despachos.
En la torre B funcionaban dos ascensores, con capacidad restringida y que no daban abasto para la cantidad de visitantes y empleados, una población flotante que se estimaba en 3000 personas por día. Era uno de los edificios más visitados en la ciudad, y en especial que no contaba con las infraestructuras de seguridad requeridas, hasta el punto no cumplía las normas de sismo resistencia y tampoco tenía integrados sistemas de evacuación acordes con la gran cantidad de usuarios de este edificio.
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Un atentado al corazón de la justicia en Cali
En el sentir de muchos caleños permanecían latente el dolor por el atentado en la madrugada del 9 de abril del año 2007, en contra de las instalaciones del Comando de la Policía local, coincidencialmente otra madrugada, de domingo a lunes, el 31 de agosto a las 11:55 de la noche, detonó un vehículo cargado con ochenta kilos de explosivos que los terroristas activaron en la parte posterior del Palacio.