Por Oscar López Noguera
Comunicador Social – Periodista de la Pontifica Universidad Javeriana de Bogotá,Ganador de 20 premios de periodismo, Corresponsal para NTC Noticias, Noticiero AM PM y Noticias Uno. Jefe de redacción y editor general de Noti 5. También ha trabajado con el noticiero 90 Minutos, Noticias CVN. Fue director de comunicaciones de la Universidad Icesi y asesor actual de la sala de prensa de la Pontificia Universidad Javeriana – Cali. Productor de vídeos institucionales y documentales.
Ir a la introduccion – El Palacio de Justicia de Cali, cuatro años en remodelación
En el sentir de muchos caleños permanecían latente el dolor por el atentado en la madrugada del 9 de abril del año 2007, en contra de las instalaciones del Comando de la Policía local, coincidencialmente otra madrugada, de domingo a lunes, el 31 de agosto a las 11:55 de la noche, detonó un vehículo cargado con ochenta kilos de explosivos que los terroristas activaron en la parte posterior del Palacio. La madrugada del primero de septiembre, Cali vivió una jornada entre el caos y la desolación por lo ocurrido en pleno centro de la ciudad.
Con el amanecer se conocieron las primeras informaciones sobre los daños que la explosión produjo en las dos torres. La más afectado fue la torre B, en la que paredes, divisiones de panel de yeso, ventanas, puertas, escritorios, computadores y archivos resultaron destruidos y especialmente en los primeros cinco pisos recibieron la fuerza de la onda explosiva. . Del octavo piso al 18, los daños resultaron de menor gravedad.Así la justicia de Cali, recibía impotente un golpe del cuál hoy no se ha levantado.
Los damnificados por el atentado al palacio
Este hecho dejó un saldo de cuatro personas muertas y 28 heridas y causó destrozos en 274 locales comerciales y 17 viviendas. La mayoría de los comerciantes afectados tenían sus actividades en torno la población flotante, entre trabajadores, y visitantes, al Palacio de Justicia. Hoy algunos de ellos todavía tienen sus locales funcionando al lado del edificio y Caliescribe.com conversó con ellos.
Este atentado dejó prácticamente a la ciudad como damnificada. Los servicios de justicia fueron distribuidas en sedes alternas. Todos los procesos se fueron alargando, sin importar si fueran civiles o penales, y el traumatismo en los cuatro años de esta “crisis” de un sector, que tradicionalmente se había desmejorado, han sido nefastos para Cali. En la siguiente crónica caliescribe.com pone en evidencia cómo en medio del hacinamiento y la falta de condiciones, han trabajado en edificios antiguos, los empleados del sector judicial.
Para Clara Inés Ramírez, Directora Administrativa del Consejo Seccional de la judicatura: “El Costo es incalculable para la justicia de Cali. Pues se incrementaron en más de un 300 por ciento los valores de operación al pasar de un solo lugar, como el palacio a todas las sedes. Además hay que sumarle las Incomodidades a toda la ciudad. El sitio más traumático ha sido el Edifico Hormaza, en donde funcionan los juzgados penales y en el cuál, nunca ha trabajado adecuadamente el ascensor. La parte eléctrica tiene dificultades en su carga y es muy difícil laborar”.
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La remodelación del Palacio de Justicia se alargó
Entre ofrecimientos incumplidos y presupuestos que no llegaron
En medio de los estragos producto de este hecho terrorista, los anuncios de recursos para reconstruir el palacio no se hicieron esperar. Desde el entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez, pasando por mandatarios locales, regionales y funcionarios de la justicia.