Comenzando el último trimestre y cuando ya suena la música navideña no deja de ser preocupante el balance en este periodo del Municipio de Cali a sus gobernados, por lo que no pocos ciudadanos están pidiendo la revocatoria del alcalde Rodrigo Guerrero. Un buen gobierno se da por sus resultados de gestión, calificación de los conciudadanos y sintonía entre el Concejo y el Alcalde.
Ninguna de las tres condiciones se observan, lo que indudablemente impacienta. La imagen positiva del alcalde conocida en las encuestas nacionales se mantiene igual a la negativa, hecho que es triste para Cali. Frente a las 2 principales obras de ciudad, como el MIO y MEGAOBRAS, siguen fracasadas en su pésima estructuración legal, técnica y económica, pero el gobierno no se resolvió re -estructurar tan cuestionados proyectos. Las facturas de la valorización siguen llegando en medio de la ilegalidad, sin que se terminen el primer paquete de Megaobras, en el año no se licitó ninguna y la movilidad de la ciudad no mejora. Y del transporte ni hablar, pues el MIO presta pésimo servicio y los ciudadanos de menores recursos económicos siguen añorando las “chimeneas”, por la inmediatez y el menor tiempo del transporte. Y con el Cioncejo nada de nada, exceptuando el Acuerdo del Plan de Desarrollo, hasta ahora no hay una decisión del binomio municipal que haya generado esperanza, para que proyectemos el sitial de respetabilidad nacional e internacional que tenía Cali.
La seguridad en la ciudad no mejora, a pesar del esfuerzo, su conocimiento y tiempo de dedicación en la epidemiologia de la violencia; el mal estado de las vías empeora y no hay muestras de hacer respetar el medio ambiente. El Transito quien sacaba la cara en el gobierno por la autoridad y orden, perdió el año al querer imponer el 100% de un transporte masivo, sin conocer el Secretario los problemas del MIO (*Ver portada 3 ), lo peor sin concertar hasta llegar a un acuerdo. La salud sigue agonizante, el proyecto de Acuerdo de transformación de las Eses no aparece, unas reciben plata y otras no. La educación a pesar de la dedicación para mejorarla y el programa de la extensión escolar, no se ha podido avanzar, por la herencia del gobierno anterior, y como la ciudadanía no lo sabe, el pecado queda en cabeza del actual gobierno. La vivienda sigue sin despegar, los Talleres no se recuperan, los programas propios no aparecen y la metida de pata de mantener la Urbanización Santa Helena sin agua, dentro del programa para recibir las 100.000 viviendas gratuitas de la Nación, acabó por tumbar su gestión.
La imagen positiva del alcalde conocida en las encuestas nacionales se mantiene igual a la negativa.
La planeación sigue a la deriva, pues la construcción sin licencias avanza sin que nadie le ponga el control y más aun sobre el espacio público. Hechos como la exoneración de las zonas verdes en edificios construidos en zonas desarrolladas, la ausencia del Plan de Movilidad y no hay información sobre su prioridad; un nuevo POT sin acelerador y ausencia de liderazgo en casos como el de la construcción del lote en la Plaza de Toros con el centro Comercial Falabella, de Sprice Smart en la Avenida Cañas Gordas y del lote al frente del Zoológico, así lo confirma.
Para destacar los consejos comunitarios semanales y la transparencia en todas sus líneas en el manejo de los recursos públicos; el trabajo en equipo y el control a la malversación de fondos para evitar despilfarros como los guardas cívicos, el estadio Pascual Guerrero, la ciudadela Nuevo Latir. La alta formación académica y personal de la mayoría de sus integrantes y la jerarquía del alcalde para superar los momentos de crisis han servido; la total cercanía con el sector privado (empresarios y gremios), como dinamizador de la economía y con parte del sector social , lo que ha permitido mejorar el índice del desempleo, con una informalidad alta. También para destacar el desempeño en las Secretarias de Cultura, Bienestar Social y Deportes.
Que este gobierno no es tan malo como el anterior es una realidad, pero ese lastre heredado y sin decirle la verdad a la ciudad lo tiene muy mal con sus gobernados. Rodrigo Guerrero lo sabe y está arrepentido de no haberse deslindado de Jorge Iván Ospina.
Para destacar los consejos comunitarios semanales y la transparencia en todas sus líneas en el manejo de los recursos públicos
No pocos ciudadanos están pidiendo la revocatoria del Alcalde, pero hay que decirlo claramente, eso no funciona en Colombia pues es en la práctica un imposible. Lo que sea participación ciudadana hay que apoyarlo, pero a pesar de que se disminuyó al 30% la recolección de firmas para convocar la revocatoria, para conformar el comité promotor y una votación del 50% respecto al que fue elegido y realizarla en un momento frio desde, lo hace un imposible. Analícese que tres partidos minoritarios, MIRA, POLO Y VERDES hicieron el oso con sus consultas patrocinadas por el Estado, precisamente porque no hubo publicidad y respaldo ciudadano. Es inocuo acompañar ésta equivocada iniciativa, como lo fueron los intentos de revocar alcaldes en casos como Apolinar Salcedo y Jorge Iván Ospina, en donde había mayores razones para su revocatoria.
Es urgente que el Alcalde y el Concejo dentro del espíritu de la carta constitucional, se comuniquen fluidamente, desarrollen una concertación política para que lleguen a un consenso y así coadyuvar en la solución de nuestras prioridades económicas y sociales. Y que este mensaje sea trasladado a las JAL, JAC y comunidad en general, pero adicionalmente se requiere un cambio de estilo, comunicación y gabinete.
Hacia adelante hay mucho por revisar, mejorar y sintonizarse con la ciudadanía. Más aun cuando ya arrancamos a presupuestar el 2013
Que no se siga desconociendo el enfrentamiento político entre el Cabildo y el alcalde Rodrigo Guerrero, todo porque el primero quiere cogobernar con puestos y contratos y el segundo es fiel a sus planteamientos de campaña y programa de gobierno: Trasparencia y despolitización de la administración. El Concejo no ha querido entender el claro mensaje del Alcalde y éste llegó a repetir una dignidad por el ruego de empresarios y ciudadanos, sin ninguna motivación hacia adelante. Ha mantenido un pulso decente y respetuoso, pero no se ha tenido respuesta de la mayoría de los Concejales. Luego al alcalde le ha faltado generar la crisis política abierta, al Concejo cambiar su manera de hacer política y hacer control constitucional. Por ésta razón la municipalidad sigue rezagada y la confusión pública se ha acentuado por ser Guerrero tan pasivo frente a su antecesor, pero ante todo, por ordenarle a sus funcionarios de gabinete, el botar el espejo retrovisor sobre ese gobierno, quien también le cuidó la espalda al alcalde destituido. Esta es la herencia recibida.
Caliescribe en estos 9 meses ha informado con independencia y asumido su responsabilidad institucional y seguirá haciendo aportes constructivos. Pero no podemos seguir desconociendo el mal desempeño y la ubicación postrera del alcalde entre los mandatarios municipales. Difícil entender el por qué un gran profesional, líder en muchos campos de la ciencia, la salud y el desarrollo social; repitente en gobierno municipal, este “amorcillado “en su jerarquía política y generacional, sin desarrollar tareas de gobierno que le den más cercanía con la comunidad.
Hacia adelante hay mucho por revisar, mejorar y sintonizarse con la ciudadanía. Más aun cuando ya arrancamos a presupuestar el 2013, el mensaje debe ser diferente y proyectar la superación de los problemas de fondo, pero no aparece nada novedoso, sigue cobrando las megaobras no construidas, el MIO sin solución y la relación política con el Concejo, JAL y JAC en su peor momento, pero una convocatoria a revocatoria es inocua .