Segunda Entrega
No hay tiempo para sacar jugadores, necesitamos resultados de inmediato.
En la plantilla que inscribió el conjunto escarlata para el segundo semestre del torneo Postobón sólo hay un sub 20: El defensa central Yeison Murillo, nacido en Chigorodó hace 19 años.
Por Alex Sterling
A menos de que América se haga a los servicios de una estrella prometedora proveniente de otro club parece imposible ver algún joven prometedor en lo que resta del torneo actual y en lo que viene del próximo, si es que el club logra regresar a la primera división. No habría tiempo para darle algunos minutos en lo que queda de este campeonato, para que así tuviera algo de cancha.
La situación financiera ya es muy complicada como para que el equipo se dé el lujo de no producir jugadores jóvenes que se puedan vender en altas sumas, más de un millón de dólares a lo menos. Para los reclutadores extranjeros este perfil es el más atractivo, y por el que más están dispuestos a desembolsar alguna suma importante. El Real Madrid puede vivir del marketing, las entradas, los aportes de los socios y los derechos de televisión. Equipos nacionales y del resto de Sudamérica deben sacar de los activos humanos para cuadrar caja, mucho más si no tiene entradas alternativas grandes.
Apenas saliendo de la zona oscura financiera, el América afronta el campeonato de la segunda división con una urgencia de resultados que nunca había vivido. Esta vez no se trata de ganar la Copa Libertadores, ahora es cuestión de vida o muerte, literalmente.
Es por eso que el club no tiene tiempo para experimentos. Debe conseguir resultados de inmediato y no se piensa ni siquiera en pasar más de un año dando vueltas por las antiguas intendencias de la república. Para desmedro de los jóvenes talentos que esperan una oportunidad, la cauterización de los brotes verdes de la nómina mandó la parada y por ahora no hay un plan de formación y venta de jugadores activo, incluso teniendo en cuenta trabajo de divisiones menores que normalmente se hace.
Julián Carabalí, un buen prospecto. La semana anterior le dio los primeros 3 puntos al equipo, tras conectar un centro de Bustos. De la inagotable cantera del norte del Cauca, Carabalí tiene potencia y va bien al ataque, pero no hay que dejar atrás que los defensas centrales suelen cotizar por debajo de la media. Carabalí ya está en sus 24 años, y dentro de poco pasara a ser un futbolista de media edad. Hay que entender que entre de más abajo venga un jugador mayor será la ganancia que se obtenga de él al venderlo.
Luciano Ospina es el defensa joven más experimentado. Viene de jugar en Argentina y apenas tiene 21 años. Aunque uno se pregunta porque dejaron ir a un jugador con tanto futuro, lo cierto es que ahora el América cuenta con él en su nómina, de cara a una futura negociación, dado el plus que tiene el jugador por haber sido formado en la escuela gaucha. Una marca con gran valor en el mercado internacional de pases