Al oído de Sebastián, Ensalsate de feria en Cali
De rumba y diversión la Feria paso a convertirse en una “fuente” de industrias culturales.
Por Oscar López Noguera
Comunicador Social – Periodista de la Pontifica Universidad Javeriana de Bogotá – Ganador de 20 premios de periodismo.
La idea y el liderazgo para sacar adelante esta iniciativa fue del entonces Gobernador del Valle Absalón Fernández, La primera versión tal vez fue la más larga de la historia pues duro 40 días ininterrumpidos y primero se conoció como la Feria de la de la Caña, para después consolidarse como la de Cali.
Desde las primeras versiones la Feria ofreció presentaciones de múltiples orquestas, reinado de belleza popular, desfiles, cabalgata, exhibiciones de muestras culturales, y la temporada taurina.
Paralelo al avance de la festividad caleña, la salsa llego a la capital vallecaucana del Caribe. Los acordes se fueron replicando en discos de pasta dura y negros, que fueron seduciendo a jóvenes de los sesentas, con los timbales de dos jóvenes que llenaron de boogaloo.
Y fueron dos jóvenes cantantes Richy Ray y Bobby Cruz, los que con sus descargas lograron quebrar una tradición y cambiarles el ritmo a los caleños.
Pero los discos de estos salseros, en Cali, por cosas del agite en que vivían los muchachos de los setentas, fueron acelerados de 45 revoluciones a 33, con lo que surgió lo que comenzó a llamarse como el “baile al estilo caleño” y que diferentes personajes como Watusy o Evelio Carabalí, quienes comenzaron a imponer en barrios populares, en donde sus peinados afros, camisas multicolores y contoneos cadenciosos al ritmo de la música , dejaron en claro que al son caleño, la brisa le hacía deslizar más rápido.
Solo en Cali se baila así. La charanga, el guaguancó, el impulso en cada descarga, hacen de los bailarines de la ciudad, un patrimonio cultural.
En los últimos años, la Feria de Cali, ha visto el crecimiento del evento que más gente ha logrado convocar, propios y extraños reservan un espacio en el Salsodromo. El desfile multicolor en el que ese talento y gracia de las escuelas de salsa, durante varios kilómetros muestran sus mejores repertorios motivando a los asistentes en torno a ese “baile al estilo caleño”
En las noches de Feria la ciudad sigue su rumbo y la rumba, y el pasaporte a la creatividad y el derroche y pasos de buen baile, han generado que avancen las propuestas de espectáculos, en los que se pude apreciar el “baile al estilo caleño”, además ponerlo con sello propio en las pistas.

Pero la salsa caleña además está traspasando fronteras. Hoy en Japón, Alemania, Holanda, por ejemplo, hay academias creadas por bailarines oriundos de esta ciudad que se aventuraron a llevarse en sus maletas, las coreografías y que han logrado cautivar a jóvenes de otras latitudes.
Al Oído de Sebastián se fue de Feria y se llevó el “baile al estilo caleño” para su espacio y una de las empresarias que le apuesta a la industria cultural caleña, con ENSALSATE.
