Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
La comuna 22 ubicada en el extremo sur de la ciudad, con área de 1060 hectáreas aproximadamente, equivalente al 7% del área urbana de la ciudad posee una de las riquezas medioambientales más importantes de la ciudad. Sus dos pisos térmicos que la llevan desde 960 hasta 1100 metros sobre el nivel del mar le otorgan tres zonas específicas como son el Bosque Seco Tropical, el Bosque Seco Premontano y Bosque Húmedo Premontano, este último abarcando aproximadamente el 80% de su territorio. Bañada por los ríos Meléndez, Lili y Pance posee una riqueza hídrica sólo superada por la abundancia de especies de flora y fauna que aún habitan en su entorno natural.
Las crecientes de sus ríos, en especial el Meléndez y el Pance, en épocas de lluvias, obligaron a sus colonizadores ganaderos a cruzar los potreros creando una maraña de acequias y quebradas. Este mismo tejido hídrico permitió generar estanques y represas aprovechables en épocas secas para calmar los sedientes semovientes e inclusive humedecer potreros. Bellas e ilustrativas escenas fueron plasmadas por Eustaquio Palacios en su obra El Alférez Real aportando a la rica historia de la ciudad y en especial la Comuna 22, que hospeda la Hacienda Cañasgordas, lugar idílico de la novela romántica.
Con el pasar del tiempo y transformación de vocación ganadera a desarrollos urbanísticos se inició una forestación natural, de sus áreas irrigadas, convirtiéndose en santuario de flora y fauna silvestre. Aves migratorias encontraron en sus estanques, lagos y humedales un cálido hogar estacional, apartado de las bajas temperaturas de su hábitat natural, en compañía de pobladores tropicales como iguanas, sapos y ranas. El ciclo natural de vida propago poblaciones de insectos, reptiles, anfibios y mamíferos. La polinización de plantas, flores y frutos dinamizaron el crecimiento de la rica naturaleza impulsados por la misión fertilizadora de abejas, colibríes, murciélagos, anfibios y centenares de insectos. Lo que eran potreros y baldíos se convirtieron en santuario eco ambiental.
Sin embargo la irresponsabilidad de sus moradores y urbanizadores, quienes con afán y criterio comercial han entubado algunas acequias, rellenado algunos humedales, talado algunas zonas de reserva forestal y corte inapropiado de arboles amenazan el pacifico aposento de las especies. En hora buena el DAGMA unió esfuerzos con la academia, liderada por la ICESI, para desarrollar un plan maestro que realice la caracterización de áreas de conservación y protección ambiental de la comuna 22. Al trabajo, en etapa de formulación y ejecución, se han vinculado profesionales que con devoción académica y medioambiental están identificando el futuro deseado en torno al manejo de los recursos naturales, la elaboración de inventario de los mismos y definir las Unidades Ambientales de recuperación, conservación y protección.
Una vez concluido el trabajo, servirá de marco y plan maestro eco ambiental, para que la administración municipal, la Dirección de Planeación y la subdirección del POT adopten las medidas necesarias para incorporar las recomendaciones. Del estudio también se desprenden la urgente necesidad de recuperar los humedales naturales que amortigüen, en épocas de alta precipitación, la mayor pluviosidad y en épocas secas sirvan para mantener el equilibrio natural. Solo a través de la responsabilidad ciudadana de moradores y la inmensa población flotante podrá continuar la ciudad contando con el santuario silvestre que alguna vez el Valle del Río Cauca amparó y que sirva para que se de continuidad eco ambiental en los planes de expansión que alinderarán en pocos años con el vecino municipio de Jamundí.
La ciudad, acompañada por la responsabilidad socioeconómica y medioambiental de la comuna 22, enriquecida por las recomendaciones y trabajo desinteresado de un grupo de lideres cívicos, tiene la oportunidad histórica de incorporar al mapa de la ciudad, la región y la nación el proyecto más ambicioso de desarrollo urbanístico ambiental acorde con los refugios de flora y fauna aun existentes en el sur de la ciudad. Es importante que la administración pública no se limite únicamente a esta comuna sino que sea el derrotero a seguir en la futura zona de expansión del sur. Debe aprovecharse la institucionalidad académica de centros universitarios complementados por grandes extensiones de parques naturales y corredores ecológicos para convertirse en referente internacional de preservación de entornos naturales envidiables y legado indiscutible para futuras generaciones.