Skip to content
Archivo Caliescribe
Archivo Caliescribe
  • Confidenciales
  • Cali: Ciudad y ciudadanos
  • Reporte urbano
  • Política
  • Economía
  • Deporte
  • Columnistas
  • Archivo
  • Ver contenidos recientes
Archivo Caliescribe
4

Nelson Mandela unió a un país a través del Deporte

Redaccion Caliescribe, 7 December, 2013

*Redacción (Tomado del Correo de Oaxaca)

En tiempos de la Guerra Fría en lo único que estaban de acuerdo todo mundo, rusos, americanos y chinos, era que lo que acontecía en Sudáfrica resultaba intolerable, una barbaridad.

Ni un sólo país hizo algo al respecto. Ni una sola organización internacional.

Fue un hombre el que se lo propuso. Nelson Mandela. Y se valió de uno de los mayores eventos deportivos a nivel mundial. La Copa del Mundo de Rugby.

LA NACIÓN MÁS DIVIDIDA DEL MUNDO

El apartheid venía siendo practicado en Sudáfrica por muchos años, un fenómeno de segregación implantado por colonizadores holandeses Bóeres en la región. Pero no tomó forma jurídica hasta 1948, al ser respaldado por leyes promulgadas a tal efecto. Ese año el radical Partido Nacionalista ganó las elecciones en una coalición con el Partido Afrikáans, dirigido por el pastor protestante Daniel François Malan.

El apartheid (”segregación”) consistía básicamente en la división de las diferentes razas para promover el desarrollo. Todo este movimiento era dirigido por la raza blanca, quien instauró todo tipo de leyes que cubrían en general aspectos sociales. Se hacía una clasificación racial de acuerdo a su apariencia, a la aceptación social o a su descendencia.

Una ley promulgada en 1950 reservaba ciertos distritos en las ciudades donde sólo podían ser propietarios los blancos, forzando a los no blancos a emigrar a otros lugares. Las leyes establecieron zonas segregadas tales como playas, autobuses, hospitales, escuelas y hasta bancos en los parques públicos. Los negros y demás gente de color debían, por otra parte, portar documentos de identidad en todo momento y les era prohibido quedarse en algunas ciudades o incluso entrar en ellas sin debido permiso.

MANDELA Y SUS 28 AÑOS DE CÁRCEL

Este sistema produjo revoluciones y resistencias por parte de los africanos. Surgieron movimientos como los de Nelson Mandela, líder pacifista a quien su oposición al apartheid le costó 28 años en prisión.

Salió de la cárcel en 1990 y el país se encaminaba hacia una guerra civil, una inevitable una carnicería racial. En 1994 fue elegido presidente, el primero de raza negra en la historia del país. Su primer reto fue evitar que la enorme cantidad de blancos profundamente descontentos con la situación no creasen un frente terrorista que pusiera patas arriba el país, evitar una contrarrevolución blanca, sabedor de que la mayoría sabía usar las armas y fabricar bombas.

Mandela estaba obsesionado con hacer de Sudáfrica el país de todos: blancos y negros. Y un año después de su llegada a la presidencia les tocó organizar el Mundial de rugby.

RUGBY, IDENTIDAD DE LOS BLANCOS

El rugby no sólo ha sido un deporte exclusivo de blancos. El surafricano negro detestaba el rugby, lo consideraba un símbolo del opresor blanco, al mismo nivel que la bandera y el himno. Era la pasión de los blancos dominantes, lo que les daba su identidad.

Mandela tenía la certeza de que el deporte moviliza las emociones de la gente de una manera que ningún político puede siquiera acercarse. Se planteó lo siguiente: “¿Qué es lo que más les importa a los blancos? ¿Su religión? ¿Su Dios? Sí, pero también el rugby. “A ver si somos capaces de utilizar esa pasión para unificar el país”.

Faltaba un año para el Mundial cuando llamó a su despacho al capitán de la selección, Francois Pienaar, formada únicamente por blancos. Mandela le pidió ayuda para lograr que los negros se identificaran con la selección de rugby. Desde entonces, Pienaar y sus compañeros se manifestaron siempre de una manera políticamente correcta, nadie desentonó, todos colaboraron. El mensaje de Mandela caló tan hondo que el equipo aprendió un nuevo himno, en lengua zulú. Era el himno que se cantó durante décadas en las manifestaciones de los negros contra los blancos.

“Antes del partido inaugural vino a nuestra sesión de entrenamiento en Silvermines en Ciudad del Cabo para decirnos, hola, lo trajo un helicóptero y nos saludo a todos”, dijo Pienaar. “Lo llamábamos Madiba Magic, él tenía la magia, tenía el aura. Yo estaba impactado por su humildad”.

PERSUADIENDO A LOS SUYOS

Mientras tanto, Mandela se esforzaba en convencer a los suyos de que el equipo también les pertenecía. Se topó con dificultades en su propio partido y con gentes de su raza que bajo ningún concepto apoyarían a la selección de rugby.

Durante el Mundial, los blancos celebraban cada triunfo con locura, mientras los negros no se interesaban. Pero el equipo empezó a ganar y se fueron entusiasmando. Cantando el himno zulú. Pero nunca pasaron de mirar con cierta simpatía a un equipo básicamente blanco (en el quince de Suráfrica sólo había un no blanco, Chester Williams, que era mulato).

En la semifinal contra Francia, el 17 de junio en el Kings Park Stadium (Durban), Suráfrica ganó 19 a 15 en un final agónico. Cuando el árbitro pitó el final del partido, los negros estaban más enloquecidos que los blancos.

En la otra semifinal, Nueva Zelanda aplastó a Inglaterra por 29-45. Los neozelandeses eran la mejor selección del mundo con diferencia, quizás la mejor de la historia. Comandados por el mejor jugador de la historia del rugby, Jonah Lomu. A su extraordinaria calidad le añadían la bestial motivación que les da el rugby, que es su identidad deportiva en el mundo. Inglaterra era un equipo fuerte y respetable y lo arrasaron. Fue como un partido entre adultos y niños.

Todos coincidían en que los Springboks (como se conoce a la selección sudafricana) no tenían ninguna posibilidad de ganar la final a Lomu y sus compañeros. Eran literalmente imparables, nunca se había visto una cosa igual.

PREOCUPACIONES DE NELSON MANDELA

Esa mañana Mandela se despertó inquieto: ¿habré hecho lo suficiente para convencer a los blancos de  que estoy con ellos, que soy su presidente, que estamos todos juntos ahí? Y decidió llamar al presidente de la federación para que le trajera una camiseta de los Springboks, de color verde, el color de la opresión blanca. Y que esa camiseta llevara el número 6, el de François Pienaar, el capitán.

Una hora antes del partido, Mandela llegó al estadio. La tensión era descomunal en todo el país. En Soweto los bares estaban repletos de negros a los que antes nunca interesó el rugby (durante los tiempos del apartheid, Soweto fue construida con el fin de alojar a los africanos negros que hasta entonces vivían en áreas designadas por el gobierno para los blancos).

Y llegó la hora de los himnos. Mandela debía bajar a saludar a los jugadores. Y se puso la camiseta de Pienaar. Con ella saludó uno por uno a los jugadores, lo que produjo un silencio absoluto, unos segundos para la historia. Hasta que estalló un clamor: 72 mil personas rompieron a gritar: “¡Nelson, Nelson!”. El noventa y cinco por ciento blancos.

Fue uno de los momentos más gloriosos del siglo XX.

“En ese momento nos dimos cuenta que había un país entero detrás nuestro, y que este hombre tuviera puesta la camiseta de los Springbok era un signo, no sólo para nosotros, sino también para toda Sudáfrica, que tenemos que unirnos, y tenemos que unirnos hoy”, comentó el medio melé Joost van der Westhuizen.

EL CAPITÁN FRANCOIS PIENAAR

“Yo nunca me imaginé que él iba a estar allí, y nunca en mi vida pensé que iba a usar la camiseta de los Springbok. Y él estaba allí con toda su aura. Él sólo nos deseó buena suerte, eso es todo lo que dijo.

Luego se dio vuelta y ahí estaba el número seis en su espalda, ¡y ese era yo! Estaba tan emocionado que no podía cantar el himno, estaba muy emocionado y muy orgulloso”.

Pero no fueron sólo los Springboks los que quedaron afectados por el hecho de que Mandela vistiera una camiseta que durante mucho tiempo había sido un símbolo para los hombres blancos en Sudáfrica, lo mismo ocurrió a los All Blacks en aquel famoso día en el Ellis Park.

“Fue verlo caminar hacia el estadio vistiendo la camiseta de Francois y escuchar a 72 mil personas empezar a aclamar: Mandela, Mandela… entonces nosotros 15 mirábamos, y pensábamos '¡Dios, como vamos a hacer para ganarles a estos animales!”, admitió el capitán Sean Fitzpatrick.

Inclusive Jonah Lomu, el Jugador del Torneo que sin ayuda había destruido a Inglaterra en la semifinal, comenzaba a tener dudas de que pudiera ser, sólo pudiera ser, que ese no fuera el día de Nueva Zelanda.

“Primero te intimida darle la mano a Nelson Mandela con la camiseta de los Springbok, y te hace sentir que toda la presión estaba sobre nosotros porque ellos tenían a Nelson Mandela de su lado, tenían finalmente un país unido después de años de lucha… ese día todos estaban unidos”.

LA FINAL

Varios jugadores sudafricanos comentaron que ese día su consigna fue un rotundo “¡No pasarán!”. A poco de empezar, el placaje de un pequeño surafricano tiró por los suelos al gigante Lomu. Todo era posible.

La línea surafricana resultó inexpugnable. “Jugamos para Mandela”, confesaron los jugadores. No hubo ni un sólo ensayo, todos los puntos llegaron por patada. Los dos equipos dejaron todo en el campo y se anularon mutuamente. El partido acabó 9-9. Las aperturas Joel Stransky y Andrew Mehrtens convirtieron todos los puntos de los Springboks y los All Blacks respectivamente.

Nueva Zelanda se adelantó en la primera parte de la prórroga, 9-12. Stransky igualó. Mandela reconoció que jamás en su vida había estado tan tenso. Ni cuando lo iban a condenar a muerte. A falta de siete minutos para el final, con un drop, Joel puso el 15-12 para Sudáfrica.

“Fueron los minutos más largos de mi existencia; ellos eran los mejores del mundo, en siete minutos podían hacer cualquier cosa”, confesó el presidente. No lo hicieron; aquel día nadie podía detener a Sudáfrica. Y el país enloqueció.

LA ENTREGA DE LA COPA

La imagen de Mandela entregando el trofeo a su amigo Pienaar se transformó en una de las imágenes del siglo XX, con su camiseta verde y el estadio gritando “¡Nelson, Nelson!”. Mandela le dijo a Pienaar:

“Gracias por lo que habéis hecho por nuestro país”.

Y éste le contestó:

“Esto no es nada comparado con lo que ha hecho usted por nuestro país”.

Blancos y negros festejaron juntos, ese día se acabó la extrema derecha en Suráfrica, se acabaron las bombas, se consolidó la democracia y comenzó la estabilidad sudafricana. La imagen de Mandela y Pienaar con la copa simbolizó nada menos que el fin del apartheid.

EPILOGO:

Tres años después, en 1998, Mandela creó una comisión para investigar a dirigentes que se resistían a integrar a los negros. Aún hoy, el rugby sudafricano mantiene algunas viejas políticas de discriminación.

Durante el siguiente Mundial de Rugby, Mandela, que ya no era presidente, visitó a sus amados Springboks, que cuentan con siete jugadores negros en su plantel de 30.

“La magia de Madiba puede durarle a uno más que siete semanas*, puede durar toda la vida”, dijo, emocionado, el actual capitán, John Smith.

Uncategorized

Post navigation

Previous post
Next post

Esta viendo los contenidos del archivo histórico de Caliescribe entre abril 2011 y noviembre de 2023.

Ver contenidos recientes
  • November 2023 (108)
  • October 2023 (171)
  • September 2023 (162)
  • August 2023 (142)
  • July 2023 (163)
  • June 2023 (113)
  • May 2023 (116)
  • April 2023 (141)
  • March 2023 (110)
  • February 2023 (106)
  • January 2023 (94)
  • December 2022 (99)
  • November 2022 (143)
  • October 2022 (138)
  • September 2022 (97)
  • August 2022 (130)
  • July 2022 (124)
  • June 2022 (118)
  • May 2022 (109)
  • April 2022 (120)
  • March 2022 (106)
  • February 2022 (101)
  • January 2022 (104)
  • December 2021 (84)
  • November 2021 (152)
  • October 2021 (246)
  • September 2021 (209)
  • August 2021 (168)
  • July 2021 (203)
  • June 2021 (175)
  • May 2021 (177)
  • April 2021 (132)
  • March 2021 (147)
  • February 2021 (134)
  • January 2021 (87)
  • December 2020 (90)
  • November 2020 (138)
  • October 2020 (151)
  • September 2020 (135)
  • August 2020 (183)
  • July 2020 (179)
  • June 2020 (185)
  • May 2020 (177)
  • April 2020 (171)
  • March 2020 (181)
  • February 2020 (196)
  • January 2020 (127)
  • December 2019 (158)
  • November 2019 (173)
  • October 2019 (179)
  • September 2019 (167)
  • August 2019 (198)
  • July 2019 (168)
  • June 2019 (192)
  • May 2019 (167)
  • April 2019 (161)
  • March 2019 (203)
  • February 2019 (168)
  • January 2019 (162)
  • December 2018 (180)
  • November 2018 (188)
  • October 2018 (185)
  • September 2018 (221)
  • August 2018 (175)
  • July 2018 (206)
  • June 2018 (230)
  • May 2018 (237)
  • April 2018 (198)
  • March 2018 (218)
  • February 2018 (175)
  • January 2018 (169)
  • December 2017 (202)
  • November 2017 (189)
  • October 2017 (198)
  • September 2017 (224)
  • August 2017 (194)
  • July 2017 (206)
  • June 2017 (197)
  • May 2017 (196)
  • April 2017 (215)
  • March 2017 (185)
  • February 2017 (130)
  • January 2017 (108)
  • December 2016 (162)
  • November 2016 (126)
  • October 2016 (170)
  • September 2016 (149)
  • August 2016 (145)
  • July 2016 (152)
  • June 2016 (140)
  • May 2016 (114)
  • April 2016 (166)
  • March 2016 (137)
  • February 2016 (149)
  • January 2016 (168)
  • December 2015 (142)
  • November 2015 (149)
  • October 2015 (208)
  • September 2015 (168)
  • August 2015 (188)
  • July 2015 (161)
  • June 2015 (149)
  • May 2015 (161)
  • April 2015 (143)
  • March 2015 (142)
  • February 2015 (148)
  • January 2015 (161)
  • December 2014 (155)
  • November 2014 (174)
  • October 2014 (149)
  • September 2014 (149)
  • August 2014 (164)
  • July 2014 (150)
  • June 2014 (141)
  • May 2014 (170)
  • April 2014 (145)
  • March 2014 (171)
  • February 2014 (128)
  • January 2014 (120)
  • December 2013 (116)
  • November 2013 (179)
  • October 2013 (143)
  • September 2013 (146)
  • August 2013 (157)
  • July 2013 (150)
  • June 2013 (163)
  • May 2013 (155)
  • April 2013 (128)
  • March 2013 (141)
  • February 2013 (127)
  • January 2013 (112)
  • December 2012 (149)
  • November 2012 (120)
  • October 2012 (130)
  • September 2012 (189)
  • August 2012 (132)
  • July 2012 (122)
  • June 2012 (145)
  • May 2012 (134)
  • April 2012 (126)
  • March 2012 (146)
  • February 2012 (120)
  • January 2012 (137)
  • December 2011 (151)
  • November 2011 (131)
  • October 2011 (142)
  • September 2011 (124)
  • August 2011 (133)
  • July 2011 (151)
  • June 2011 (122)
  • May 2011 (141)
  • April 2011 (77)
©2025 Archivo Caliescribe | WordPress Theme by SuperbThemes