Vida Nueva
Por Héctor De los Ríos L.
*El riesgo de caer en la idolatría nos acecha a todos. Se sirve a Dios, pero está latente el peligro de ser esclavos también de la riqueza y de convertirla en una alternativa de Dios. En el evangelio de este domingo Jesús nos indica la actitud del cristiano ante el dinero y la subsistencia material. Nos dice que no podemos servir a Dios y al dinero, porque Él es un dios celoso que no admite rival
*Si los pájaros y los lirios del campo son objeto del cuidado de Dios, ¿no lo será el ser humano, que vale mucho más? “No se agobien por la vida, el alimento y el vestido”, es un aviso que Jesús dirige tanto al rico, a quien le sobra, como al pobre, a quien le falta. Y sabe nuestro Padre que tenemos necesidad de tantas cosas. No somos pájaros o lirios, pero necesitamos ganarnos la vida con diligencia y dignidad y descubrir en cada paso la providencia amorosa de Dios.
*Mientras haya pobres y necesitados la riqueza que uno acapare para sí mismo es injusta, porque está privando a otros de lo que necesitan. La riqueza de algunos muchas veces se mantiene y crece a costa de la pobreza de otros. Y si consideramos el dinero sólo como fin y razón de nuestra vida, nos volvemos víctimas de ese ídolo absorbente que nos esclaviza. El dinero mal utilizado degrada la noble condición del hombre y de la mujer, impide la solidaridad, el diálogo sereno. Cristo nos invita hoy a tomar la opción por el Reino de Dios y su justicia, a elegir su soberanía amorosa en nuestra vida abandonándonos en sus manos providentes y amorosas.