Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
Dura lex sed lex, en latín, traduce “la ley es dura, pero es la ley”. Aunque el contexto de su aplicación sea desfavorable para los intereses del individuo es lo que pasa con el alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro.
Ha dedicado su vida a la función pública, ejerciendo diversos cargos, iniciándose como Personero en Zipaquirá a los veintiún años de edad. Elegido concejal de Zipaquirá, en representación de la Anapo. Al manifestar públicamente ser militante del movimiento guerrillero M-19 tuvo que pasar a la clandestinidad. Meses después fue arrestado y después de dos años de privación fue liberado. Se integró al bloque central del M-19, comandado por Carlos Pizarro, a quien estrechamente colaboró en el proceso de paz entre el Gobierno y ese grupo guerrillero. Al culminar dicho proceso se reintegró a la sociedad civil, iniciando una labor legislativa como Representante a la Cámara, en tres periodos y posteriormente Senador de la Republica.
Armonizó su militancia con una formación académica destacable. Estudió economía en la Universidad Externado. Obtuvo especialización en administración pública en la Escuela Superior de Administración Publica, ESAP, maestría en Economía de la Universidad Javeriana y especialización en Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional en la Universidad Católica de Lovaina y comenzó tesis doctoral en la Universidad de Salamanca de España, sobre Nuevas Tendencias en Administración de Empresas.
Llegó a la Alcaldía de Bogotá, superando a sus cuatro principales contendores, quienes habían tomado la decisión de ir hasta el final, oportunidad que aprovecho favorablemente con una aceptable votación del 33%.
Ejerció su mandato bajo un ideario izquierdista, transformando algunos modelos exitosos de pasadas administraciones, buscando mayor socialización, participación comunitaria y mayor contribución de sistemas subsidiados. Sin embargo se generaron graves problemas de gestión por los modelos adoptados, superando astronómicamente el presupuesto en gravosos subsidios para las arcas distritales.
Al tratar de imponer y cambiar el modelo de recolección de basuras privado por un patrón estatal, ejerció arbitrariamente su autoridad y pese a las advertencias de ilegalidad procedió a dar por terminado el servicio causando erogaciones y presuntos detrimentos patrimoniales superiores a los $ 120 mil millones. Ante estos hechos protuberantes de despilfarro estatal las entidades de control estatal iniciaron respectivos procesos de investigación. En diciembre pasado, la Procuraduría General de la Nación se pronunció, encontrando irregularidades al realizar cambios en el sistema de recolección de basuras de la ciudad determinando que la falta fue gravísima a título de dolo y procedió en inhabilitarlo por 15 años para ejercer cargos públicos.
La defensa del destituido e inhabilitado alcalde ha atiborrado el sistema judicial con medidas propias de tácticas de “guerra de guerrilla” con miles de demandas amparadas bajo el esquema de tutelas presentadas ante diversas cortes suspendiendo el proceso de destitución. Afortunadamente para la institucionalidad de la justicia Colombiana, las altas cortes han negado el amparo de las tutelas. Solo queda el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sí esta considera no se le ofrecieron garantías procesales de defensa en Colombia y sí la sanción corresponde a persecución política.
Colombia, como modelo democrático y de justicia esta pasando la más dura prueba de su historia reciente.
Lastimosamente se pone en duda la institucionalidad constitucional del poder legislativo. Lamentable que uno de los principales abogados de Petro, Mario Iguarán, ex Fiscal General de la Nación, ponga en tela de juicio el mismo estamento del cual fue valioso protagonista y defensor. Vergonzoso que la destacable preparación académica, trayectoria legislativa, militancia y lucha democrática de Gustavo Petro, desacate lo que tanto combatió y promulgó como desigualdad, inequidad y justicia.