*Por Luz Betty Jimenez de Borrero
Las cifras publicadas recientemente por el Departamento Nacional de Estadística DANE, indicativas de que 2.5 millones de personas salieron de la pobreza durante los últimos cuatro años en las principales ciudades del país y del campo colombiano, denotan aparentemente un gran avance sustentado en las denominadas “encuestas de los hogares”, beneficiarias de los programas del gobierno, que como Familias en Acción, Subsidios para Jóvenes y Adultos Mayores, entrega de vivienda gratuita, incremento del salario en el campo, etc, integran la estrategia política del gobierno, mediante la cual se encubre la creciente desigualdad económica y social existente en el país, producto de la concentración y centralización del capital y de la riqueza social en manos de unos pocos mientras que la inmensa mayoría de colombianos ni siquiera cuenta con los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades fundamentales.
Por otra parte conviene aclarar que mientras se destinan ingentes cantidades de dinero en las necesidades del Estado contratista, el alto costo de la burocracia, el aumento constante del gasto militar, el pago de la abultada deuda pública, etc., no será posible garantizar en el futuro inmediato la financiación de dichos programas que muy poco contribuyen a reducir los índices de pobreza del pueblo colombiano, convirtiéndose más bien en paliativos que hacen que las personas continúen siendo pobres en el marco de una sociedad fracturada por la división en clases y grupos sociales antagónicos.
Esta reducción estadística y artificiosa de la pobreza resulta por demás sospechosa al tiempo que despide un tufillo demagógico y politiquero en medio del avance de la campaña electoral en la cual el gobernante de turno aspira a ser reelegido en el solio de los presidentes.
Con todo y los resultados divulgados por el DANE, el hecho real es que vastos sectores populares y medios de la población se han empobrecido en la medida en que su condición laboral y de vida se han desmejorado sustacialmente en materia de salud, educación, vivienda, recreación, etc., en tanto que una minoría de familias muy adineradas transitan por los caminos de la opulencia sin que aparezcan registradas en las estadísticas y encuestas oficiales y privadas, destinadas a imponer una imagen engañosa y distorsionada de la realidad, que nos muestra que los colombianos no han dejado de ser pobres por recibir algunos subsidios y dádivas del Estado haciéndose más evidente la tendencia hacia el empobrecimiento generalizado de buena parte de la población.
*Veeduria ciudadana por la democracia y la convivencia social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social