Por: Andrés Mejía M.
El uso de la energía solar es una alternativa para propiciar mejores condiciones de vida, por la calidad y confiabilidad de la energía eléctrica. Esta solución, desconectada de la red, permite que, en el mediano plazo, se reduzca el gasto por el servicio energético, hasta obtener electricidad casi gratis a partir del año 15.
En Cali el consumo eléctrico domiciliario ya sobrepasa los 1.200.000 megavatios al año y corresponde al 50% del consumo total del Municipio. Este consumo concierne a la emisión de más de 600.000 toneladas de CO2 al año, mediante generación termoeléctrica.
El suministro eléctrico de la red pública, en una urbe como Cali, tiene problemas de saturación. Prueba de ello son los regulares apagones y la calidad de la energía. Estos apagones, en la mayoría de los casos pequeños y a veces imperceptibles, afectan la calidad del servicio y la productividad general. Es por este motivo que hay que recurrir al uso de reguladores de energía para los equipos electrónicos y, en el caso de los computadores, hasta el uso de UPS, para soportar esos breves apagones.
Cali cuenta con alrededor de 525.000 suscriptores residenciales, de los cuales el 21% corresponde a los estratos 4, 5 y 6. Este segmento tiene las condiciones económicas para instalar plantas solares para su propio consumo. El precio de la electricidad domiciliaria, además de la tarifa en sí, está cargada con impuestos que, en últimas, son un gasto para el sector privado. Este factor hace que el montaje de una planta solar para consumo pueda ser pagado con la tarifa de electricidad.
La autogeneración, con la utilización de paneles solares, es una alternativa que en la mayoría de las ciudades es poco viable, debido a la superficie necesaria para suplir las necesidades eléctricas domiciliarias. Una planta solar de 6 kilovatios produce un promedio de 850 kilovatios/hora al mes. Con el uso racional de la electricidad es suficiente para abastecer un hogar de 4 personas.
Las plantas solares fotovoltaicas transforma la radiación del sol en corriente eléctrica. En el caso de Colombia 10 horas al día son aprovechables para generación. Y la pregunta clásica acerca de esta tecnología: ¿Qué pasa en las horas de la noche? Una parte de la energía generada durante el día se almacena en baterías especialmente construidas para ello, de esa forma, cuando anochece, las baterías continúan suministrando electricidad. Es importante resaltar que el mayor consumo eléctrico ocurre en las horas diurnas.
Una planta de 6 kilovatios requiere de una superficie en techo de aproximadamente 45 metros cuadrados. Esta superficie es posible obtenerla en casas unifamiliares. La problemática se presenta en el caso de las unidades multifamiliares, éstas usualmente de 4 pisos. Se requiere de una decisión comunitaria para su montaje y la disponibilidad de superficie es limitada pero posible.
La opción de desconectarse de la red colabora en la protección del medioambiente y proporciona una mejor calidad vida. En Cali nos vemos envueltos, y limitados, por el abastecimiento eléctrico de la red pública, por ello tenemos que sufrir apagones y mala calidad del suministro eléctrico. Con cada tormenta, un apagón o un parpadeo. Y cuando llegan las sequias hasta racionamiento podríamos tener, ya lo hemos sufrido en el año 1992.
Una solución individual, como en el caso citado, es viable económicamente utilizando las líneas de crédito disponibles para alternativas energéticas renovables. Con un crédito a 15 años, en el primer año la amortización es ligeramente superior al gasto en electricidad. A parir del segundo año la cuota de amortización es menor que la factura de electricidad. Esta reducción se va ampliando debido a que el crédito se paga con cuota fija y el precio de la electricidad sube anualmente.
El gobierno nacional dispone de mecanismos preferentes para el sector privado y comunitario, tendientes a la reducción de gases de efecto invernadero. Con la utilización de esos recursos, y la iniciativa ciudadana, podemos hacer de nuestra ciudad un lugar más confortable para vivir.