Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.

El alcalde Ospina acertó con el nombramiento del estudioso, acreditado y joven Secretario de Movilidad. Ingeniero de Univalle, fue sumando a su hoja de vida experiencia en diseño, logística e implementación de proyectos y políticas de movilidad.
Haber trabajado por casi ocho años en el Departamento de Transporte de la ciudad de Nueva York, lo expuso a la amplia complejidad intermodal de movilidad de grandes urbes. Desde hace seis años había regresado a Colombia y Cali siguiendo vinculado al tema de transporte y movilidad aportándole una visión completa de la problemática cultural y posibles soluciones.
No obstante haber trabajado en la anterior administración tendrá oportunidad de analizar algunos errores conceptuales y corregirlos. Pero quizás lo mas relevante, es dar continuidad a planes y proyectos de sostenibilidad del flujo vehicular de la ciudad, lamentablemente estrangulada por el letargo de tener una inadecuada infraestructura vial acorde al crecimiento del parque automotor y de motocicletas.
Durante ocho meses la pandemia limitó la movilidad ciudadana y con ella también presenciamos la ausencia momentánea de trancones, accidentes viales, agitadas protestas e imprudencia de conductores vehiculares, públicos y privados, motociclistas, carretilleros, bici usuarios y despistados peatones.
Aunque observamos mejoras satisfactorias en la semaforización inteligente, dotando cruces viales con temporizadores, facilitando el flujo vehicular, estamos presenciando el retorno de los malos hábitos de anárquicos conductores.
De las primeras acciones deben emprenderse es la reglamentación de horarios de transporte de mercancías a establecimientos comerciales, evitando picos innecesarios en horas de alto volumen de trafico vehicular. Igualmente e importante es la planificación horaria de las instituciones educativas evitando excesivas congestiones, especialmente en la comuna 22, cuya población flotante es cercana a cien mil personas diarias.
La educación vial debe ser prioridad. Los bici usuarios, con carriles exclusivos, deben comprometerse en usar el nuevo diseño. Los motociclistas caleños, cuyo parque es de los mas importantes de ciudades colombianas, no pueden transitar irrespetando las normas aplicables a todos los conductores. El olvidado peatón también debe ser responsable de acatar y respetar sus espacios. Los carriles exclusivos del sistema de transporte masivo no pueden ser usados por vehículos diferentes a los del sistema. Las invasoras ventas ambulantes, hoy apoderadas de bahías de aproximación deben ser desalojadas de las vías. El parqueo invasivo debe ser sancionado, multando e inmovilizando los vehículos y motocicletas estacionadas en lugares prohibidos, especialmente a lo largo de importantes corredores viales.
La Secretaría de Movilidad tiene que empezar a ejercer autoridad.
Para ello cuenta con la institucionalidad, de casi cinco décadas, del equipo de guardas de transito, respetada y admirada por la ciudadanía, no exenta de indeseables elementos que enlodan su reputación, magnificada y amplificada mediáticamente, pero que sigue siendo modelo y ejemplo nacional.
Señor Secretario de Movilidad, la planificación que usted juiciosamente implementa, debe ir acompañada de capacitación normativa, severa disciplina, autoridad y poder sancionatorio que el estado le otorga.
Es el complemento ideal para que Cali no regrese al caos vehicular sino retornar al civismo icónico.