Jairo Sánchez
Productor de TV

Los protagonistas de este Paro Nacional son a no dudarlo los jóvenes, pero es importante que logren una buena organización, ya sucede en algunas regiones, ellos son el presente y el futuro que en este momento es oscuro en relación con las oportunidades que les presentan y que les impiden realizar sus sueños.
Pero cómo sucede en ocasiones algunos pescan en “río revuelto”, en nuestra región, Cali, la minga indígena intenta manipular los intereses válidos de los jóvenes y de muchos descontentos que caen tristemente en el bandidaje y vandalismo.
La lucha de los jóvenes y de las clases sociales empobrecidas por un sistema económico que solo beneficia a los poderosos, es justa y necesaria; pero perder ese norte por la manipulación de quienes defienden interés oscuros, lleva a la lunpenización y al caos cumpliendo así el objetivo oscuro de esas fuerzas aparecidas sombrías y destructivas.
Los indígenas con sus mingas defienden sus intereses y sus territorios donde el resto del mestizaje no cabe, ellos se han ganado el derecho a sus tierras y a la defensa de sus organizaciones pero eso no es extensivo al resto del país.
A quien le interesa el caos? A quien beneficia que la mirada del país se dirija hacia un lado y no hacia donde se genera la corrupción?

Las pocas tribunas con que cuentan los líderes, salvo las redes, no permite claridad sobre las propuestas de los dirigentes del paro y permite además la desinformación acerca de las intenciones reales de la oposición: lograr un país con un poco de justicia social, la apertura de un sistema económico con alma, al decir del Papa Francisco, entonces se dejan circular las ideas preconcebidas sobre el “Castro chavismo” un discursito que ha servido para que la extrema derecha siga ganando las elecciones
La juventud, el pensamiento joven, es decir, el de aquellos que abren el entendimiento a nuevas propuestas, a los cambios, buscan esa apertura social que nuestros gobiernos han negado permanentemente.
Las redes sociales, si bien son un arma para el conocimiento y la información también son las armas del “gran hermano” para la sujeción del pensamiento.
Es hora de mirar hacia un horizonte distinto donde podamos reconstruir nuestro país luchando juntos contra la inquietante y sombría destructividad que nos amenaza y que por usar diferentes disfraces no logramos identificar claramente.