Arq. Carlos E Botero R
Si la experiencia es fuente de conocimiento vale la pena revisar siquiera rapidamente, algunos casos formales o informales de renovación urbana.
Si la experiencia es fuente de conocimiento vale la pena revisar siquiera rapidamente, algunos casos formales o informales de renovación urbana.
Primero cabe preguntarse cómo clasificar la intervención de la manzana ubicada entre las carreras 33A y 34 y entre calles 8 y 9, barrio El Cedro, frente a la Unidad Deportiva Jaime Aparicio –Canchas Panamericanas- donde una a una fueron adquiridas casas unifamiliares para demolerlas y levantar el Centro Sur para comercio y oficinas. Diagonal a este proyecto en dirección suroccidental, la Clínica Rey David lo precedía como derrotero, prefigurando la tendencia de transformación de las manzanas próximas, con lo cual puede decirse que estamos ante un plan de Renovación Urbana –bueno o malo, hay que evaluarlo- a la escala que se puede efectivamente hacer. Desde los esquemas iniciales hasta la apertura al público del centro comercial pasaron, mal contados diez años, donde lo único que pudo crear algunos obstáculos fueron, además de problemas financieros, la tramitación de los permisos legales y los imprevistos de construcción por condiciones del terreno.
Entre las enseñanzas que pueden quedar de tal experiencia y que vale la pena resaltar está la relación entre las dimensiones del proyecto, el tiempo que demandó, los montos de inversión y los impactos urbanísticos sobre su área de influencia. Habrá que aceptar que el edificio representa la escala de lo manejable, que puede ser replicada en cualquier área de la ciudad, sin tener que someter a barrios enteros tarjeteados como objetos de renovación total, a una operación tan incierta en el tiempo como parece perfilarse actualmente en Ciudad Paraíso.
Oscar Mendoza, arquitecto, presentó como Tesis para su Maestría en Arquitectura y Urbanismo, un estudio-propuesta de manzana como unidad de actuación urbanística para el centro de Cali, cosa que parece realizable cuando se considere el caso comentado, que no es muy distinto a otros adelantados en el mismo centro de la ciudad: el edificio de la FES, hoy Centro Cultural, fue levantado a partir del englobe del 70% de la manzana situada entre calles 6 y 7 carreras 4 y 5; el edificio del Banco de la República entre las mismas carreras 4 y 5 y entre calles 7 y 8, en el 100% de la manzana adquirida predio a predio en un lapso de alrededor de 10 años; el edificio del Banco de Occidente se levantó tras demoler el Colegio Católico Femenino, contiguo al Palacio Episcopal en la esquina de la carrera 4 con calle 8. Y así, podríamos hacer una larga lista de edificios que representan lo que en la práctica se puede calificar como componentes a escala de manzana de procesos de Renovación Urbana.
Se podrá llegar facilmente a ilustrar con todas las demoliciones en el Centro Histórico, un tratamiento de Renovación Urbana no programada
Se podrá llegar facilmente a ilustrar con todas las demoliciones en el Centro Histórico, un tratamiento de Renovación Urbana no programada, pero efectiva, iniciada en la Plaza de Caicedo hacia 1930 con la sustitución de viejas casonas de dos plantas por edificios particulares e institucionales, desde el Otero (1927), hasta el remodelado primer BanRepública (1986), es decir todo el marco de la plaza, así como sucedió con las manzanas circundantes. Todo un proceso contínuo que sólo se paralizó a partir de la ninguna reglamentación, pero sí prohibición, según el POT 2000.
Pura Renovación Urbana sin permiso y por la gracia del poder

Milagro en Cali: pese a la prohibición de levantar edificaciones de más de dos pisos de altura en el centro, hoy se yergue airosa la torre del Banco de Bogotá en la esquina de la Avenida Colombia y calle 8, en pleno Bulevar del Río. Pura Renovación Urbana sin permiso y por la gracia del poder.