Es bien sabido y conocido por la sociedad caleña, que la situación de desempleo de jóvenes y adultos en la ciudad de Cali, constituye una de las principales problemáticas sociales que nos aquejan.
De ahí que día a día se incremente el fenómeno de la informalidad laboral y con él los riesgos que corren, quienes sin poder acceder a las prestaciones sociales de ley, de las que sí gozan quienes tienen vinculaciones de trabajo de carácter formal, se exponen diariamente a accidentes y demás formas de ver su salud afectada por motivos propios del tipo del trabajo que desempeñan, entre otros.
En este punto, vale la pena reflexionar sobre un estudio realizado para la Cámara de Comercio de Cali en Octubre de 2010, asesorado por el Doctor Fabio Rodríguez, en el cual se refiere que “El costo social de la informalidad es enorme y abrumador, porque si bien genera un empleo inestable, este es de mala calidad, sin seguridad social y con sueldos por debajo del salario mínimo legal. No se realiza, en este contexto, el presupuesto mínimo de elevar la calidad de vida, que es el objetivo de todo proceso económico-social inspirado en el humanismo participativo”.
De acuerdo con lo anterior, el carácter informal del trabajo no dignifica al ser humano, por el contrario contribuye a que sus condiciones de vida y por ende la calidad de ella se vea seriamente afectada y disminuida. Del mismo estudio, se deduce que la situación de quienes se encuentran trabajando en la informalidad se mantiene y va en aumento en gran parte por todas las implicaciones legales que tiene el hecho mismo de “Legalizarse” para construir empresa. Los procesos de formalización empresarial, no resultan atractivos y mucho menos sencillos, para quienes están ejerciendo desde la informalidad. Por ello, iniciar la serie de trámites y procesos que son necesarios para entrar en el mercado siendo legal, sigue siendo uno de las grandes dificultades para mejorar la calidad de vida de Los Colombianos.
El debate entonces se abre en torno a la necesidad de dar al tema en cuestión, la importancia que merece abordándolo desde su complejidad y teniendo en cuenta que es urgente trabajar en la búsqueda de soluciones posibles y oportunidades, que correspondan con las expectativas, necesidades y capacidades de los ciudadanos que se encuentran viviendo esta situación, para lo que debemos hacer un llamado al Ministro de Protección Social, a las organizaciones sindicales y a nuestros Congresistas y así, hacer realidad la solución a esta imperiosa necesidad Colombiana.