Embarazo adolescente en Cali
¿Son acaso estúpidos los adolescentes, qué piensan del futuro? Es la pregunta que te haces al ver niñas de doce años embarazadas. Es más fuerte la presión de los medios y la sociedad frente al sexo.
Por Jaime Salazar C. / Especial para Caliescribe
¿Son estúpidos los jóvenes? Probablemente no. Pero es la pregunta que te haces cuando vas a un hospital y observas niñas de 12 años en control prenatal, niñas en el sentido estricto, pero ya afrontando el delicado destino de la maternidad.
Entrar al Hospital Carlos H. Trujillo (Distrito) o al “Joaquín Paz” (Alfonso López) es corroborar la alarmante cifra: según Profamilia y la Secretaría de Salud Municipal, el promedio de edad de iniciación sexual de las “niñas” en Cali es de 12 años.
Como si fuera poco, los adolescentes caleños no usan métodos anticonceptivos confiables, y mucho menos previenen enfermedades como el Sida. En la era del Internet, el condón y el libre acceso a la información, ¿qué diablos estaban pensando para embarazarse a esta edad?
Una cosa es el "libre albedrío", y la libre sexualidad, pero otra muy diferente es la insensatez. Olvidan que con su decisión no se dañan una vida, sino al menos dos.
Cifras tan preocupantes que el gobierno Santos comprometió a cinco de sus ministerios y un cuarto de billón de pesos en 3 años, en la inaplazable tarea de evitar esta catástrofe social.
¿Quieren los adolescentes engordar los cinturones de miseria?
Cada quien decide cuándo empieza su vida sexual, pero concebir a los trece o catorce tienes implicaciones de tipo económico y práctico que deben analizar. La más obvia, la deserción escolar, la reproducción de un ciclo histórico de la pobreza y el ingreso al aparato productivo en condiciones desfavorables.
Aunque esto es visto como un problema de salud pública, es tiempo que las autoridades locales lo vean también como un problema complejo, educativo, de seguridad y laboral.
Estos jóvenes se enfrentan a la realidad de tener que ser sólo “mano de obra”. Sus posibilidades de un tener una vida cómoda y un trabajo se alejan definitivamente, en el lejano horizonte del desempleo y la crisis actual.
Es cuando empiezan a crecer las invasiones en las laderas, los asentamientos sin agua, sin servicios básicos; jóvenes familias que deben emprender la difícil “aventura” (ilegal) de invadir un muladar o un baldío porque no había para más. Entonces todo se acaba, ahí empieza la lucha demencial en los suburbios, en el charco de los cocodrilos del subempleo.
"Más de la mitad de los embarazos son no deseados. Una de cada cinco adolescentes colombianas ha estado embarazada. Y el 69% de estas menores no planearon la llegada de hijos a tan temprana edad".
No es el sexo… ¡estúpidos!
Para qué traer un bebé al mundo si no tienes oportunidades, y además, tus hijos crecerán sin ninguna. Padres adolescentes acaban en niños criados por los abuelos, en el mejor de los casos; sino, familias dependientes, sin las más básicas comodidades. Con sinceridad, un embarazo adolescente reduce drásticamente las posibilidades de alcanzar una vida digna.
La vida no se trata del sexo, no es el ideal ni la quintaesencia que venden los medios de comunicación, es apenas un componente más de la vida. Es un placer vacío y limitado cuando otras necesidades básicas, como comida, techo, servicios, o incluso, trabajo, están pendientes.
Es superarte, es estudiar…
Toda economía de producción necesita mano de obra barata, lo decía el filósofo de la economía ya hace un siglo (Marx), mano de obra que venda su trabajo ocho horas al día por unos pocos pesos. Y son estos jóvenes con la necesidad de un tarro de leche, y sin un título de bachiller, quienes más fácilmente son masticados por la mandíbula del capitalismo, quienes engordarán las filas del desempleo o de las maquilas.
Apenas niños, apenas padres, cometieron un error…. Pero eso al indolente capitalismo no le importa. Adolescentes vendiendo su sudor de sol a sol para pagar una pieza en algún tugurio mientras creen que “salen adelante”, cuando en realidad caen en una trampa muy vieja, tejida desde hace años.
Quién más sino estás madres adolescentes son las que pierden las pocas oportunidades de ascensión social, de estudiar, pero eligen repetir el espiral de miseria que carcome nuestras ciudades. Deben hacer las filas de la cadena de producción pudiendo haber tenido un futuro más prospero. Detrás de todo esto, está una “dignidad” mal entendida, un sentido de maternidad exacerbado, pero en todo caso, una pésima planificación de la vida.
Es triste ver las enormes tazas de embarazo adolescente. La nueva Encuesta Nacional de Demografía, presentada por Profamilia, arrojó resultados descorazonadores. Más de la mitad de los embarazos son no deseados. Una de cada cinco adolescentes colombianas ha estado embarazada. Y el 69% de estas menores no planearon la llegada de hijos a tan temprana edad.
Hasta 2011, el 48% de los nacimientos de los últimos cinco años han sido deseados, el 30 por ciento lo quería pero más tarde, y el 23 por ciento reportó como “francamente no deseado”. Las mujeres colombianas tienen en promedio 2,1 hijos por mujer, la tasa de fecundidad deseada es 1,6 hijos por mujer.
Todas esas niñas que afrontarán la maternidad prematuramente, serán también “cifras” para un mercado laboral de necesitados, mano de obra mal pagada. Acaso quieren ser obreros por una noche de placer.
Uno de cada cuatro colombianos, no fue deseado
A principios de febrero fue noticia que el Gobierno Nacional destinó la no despreciable cifra de $246.000 millones para prevenir embarazos en adolescentes, que serán ejecutados hasta 2015; con estos recursos se desarrollarán estrategias para prevenir los embarazos indeseados y campañas publicas, como las del otrora “sin condón, ni pío”.
Claudia Gómez, directora nacional de Investigaciones de Profamilia destacó que una política acompañada del respaldo económico estatal podrá garantizar que los deseos no se queden en palabras.
Consultada por El Espectador, la funcionaria declaró que para el éxito de la iniciativa es necesario atender tres aspectos: “el primero es la calidad de la información que tienen los adolescentes frente al tema. El 88% ha sido instruido sobre la anatomía, pero sólo el 20% habla de cómo concertar con su pareja las relaciones sexuales y el uso de anticonceptivos”.
¿Campañas en los medios?
Pero precisamente, la televisión tiene otra campaña silenciosa; en los medios se vende sexo desde las caricaturas, y el grueso del espectro mediático (internet incluido) apela a los sentidos y la sexualidad para vender desde una cerveza hasta un carro; es así como vemos modelos ‘cortas’ de ropa saltando y anunciando alguna crema o bebida sin el menor rubor.
"Aprender sobre métodos de planificación están a un clic de distancia; piensen en su futuro y en el que le van a dar a esas criaturas, en sacar adelante primero una carrera"
El imaginario y el subconsciente de niños y adolescentes está expuesto cada día a decenas de miles de imágenes, y con una simple advertencia del tipo, “Este programa contiene escenas de sexo y violencia moderada” no se logra nada; es inaudita la doble moral del gobierno, al permitir que la televisión se siga degradando y al tiempo, financiar campañas de este tipo.
Entre tanto, los jóvenes deben reflexionar: traten de ser más ingeniosos, pasen de esto, piensen, piensen, piensen, no dejen que la locura mediática los trate como animales sexuados a los cuales manipular.
Sean inteligentes, actúen con cabeza fría. Si decidieron empezar su vida sexual, háganlo con responsabilidad, cuídense, aprendan a usar el condón, aprender sobre métodos de planificación están a un clic de distancia; piensen en su futuro y en el que le van a dar a esas criaturas, en sacar adelante primero una carrera.
Los japoneses, los alemanes, los chinos, se vuelven arquitectos, geólogos, ingenieros o médicos antes de emprender una familia. Saben cuántos sufrimientos les espera en la vida, aún con una profesión, pero al menos son inteligentes para ser alguien, antes de traer —a otro alguien—, al mundo. Demuestren que los adolescentes colombianos… no son estúpidos.