Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.

Parafraseando la frase que el publicista Guillermo Lombana creó para el entonces candidato a la Alcaldía es con lo cual se despide Armitage después de cuatro años como primera autoridad municipal.
A principios de año la Secretaría sorprendió con el diseño de unas improvisadas ciclo rutas, angostando los corredores viales, pintando la superficie rodante en color azul y utilizando los antiestéticos bordillos plásticos, como material divisorio de la vía.
Con afán protagónico, propio de la autoridad, quedó archivado el diseño planificado de ciclo rutas, adecuadamente interconectadas, debidamente iluminadas, señalizadas, complementadas con semaforización inteligente que permitiera dar prioridad, orden y uniformidad a la movilidad del bici usuario. Hoy, tan solo unos meses después, vemos el deterioro de los elementos que afean la visual de la ciudad.
Trasladar los trancones de un sitio a otro, es el resultado de erróneas y equivocadas simulaciones de movilidad.
El caos vehicular del sur de la ciudad, en las intersecciones de las Calle Trece (Pasoancho) y Dieciséis (Cañasgordas), prohibiendo algunos giros a la izquierda fue un paliativo inocuo . El trancón de la Calle Trece con Cien, se convirtió en masivo trancón de la Calle Once, vía de un solo carril por sentido, que en horas pico, ha registrado más de tres kilómetros de cola. En la Dieciséis, la glorieta de Ciudad Jardín, inoperante y obsoleta para el flujo vehicular, ha llevado el embotellamiento hasta el cruce de la Calle 122, otros tres kilómetros en ese sentido.
Las pocas vías de circulación, diseñadas para los barrios residenciales que una vez fueron, están totalmente infartadas a toda hora, sin que la Dirección de Planeación, realice los estudios contemplados de nueva infraestructura vial del Plan de Ordenamiento Territorial, cumpliendo cinco años de su introducción, como instrumento básico de planeación.
En contrasentido esta misma Dirección de Planeación liberó las alturas de edificación en el sector, multiplicando exponencialmente la densificación, dando la espalda a las necesidades de servicios públicos, infraestructura y rediseño vial que el evento regulador conlleva.

Periodistas, columnistas de opinión y el ciudadano del común desaprueban y censuran la ultima improvisación de inmovilidad, jocosamente conocida como armitaches. El foráneo e importado Secretario de Movilidad, quien parece esta gozando con la introducción de medidas, no ha convencido con su plan de pacificación vial. Si bien es cierto, la ciudad registra unas estadísticas de alta siniestralidad, el problema, como reza el dicho, no es encontrar el ”ahogado rio arriba”. No puede seguir colocando bordillos, bloqueando la circulación, estrechando las vías e inutilizando las angostas vías, a su antojo, con multimillonarias perdidas del erario y la paciencia ciudadana a punto de rebozar.
No se trata, como es costumbre, cuando el poder obnubila, generar medidas restrictivas.
A los gobernantes se les elige por su capacidad de dar solución a la problemática y no para ejercer poder arbitrario y totalitario.
La ciudadanía no puede continuar en su anarquía, con acalorados enfrentamientos de intolerancia e irrespeto a la autoridad.
Se requiere autoridad, conciencia y cultura ciudadana.