Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
La democracia ha adquirido a través de los tiempos un inmenso valor social y político constituyéndose en un medio muy importante para el ejercicio de los derechos de los ciudadanos y la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Sin embargo en las condiciones de la sociedad capitalista la democracia adquiere un carácter estable o inestable en consonancia con las condiciones y circunstancias políticas y sociales del régimen conservando su naturaleza de clase.
en lo que podría calificarse como una manera de negar la propia democracia o reducirla a un simple juego político que conduce a su desnaturalización y pérdida de su verdadero contenido social y político.
Con la concentración y centralización del poder y la agudización de las contradicciones sociales y las luchas políticas a nivel incluso de la misma institucionalidad, se abre paso la tendencia por parte de algunos sectores políticos y del Estado a no utilizar las formas y los métodos democráticos para resolver los asuntos del Estado y de la sociedad, en lo que podría calificarse como una manera de negar la propia democracia o reducirla a un simple juego político que conduce a su desnaturalización y pérdida de su verdadero contenido social y político.
Esta circunstancia está presente en el país con las inmensas dificultades que en la práctica enfrentan los ciudadanos cuando se trata por ejemplo, de la revocatoria del mandato a alcaldes que no merecen su confianza, o cuando en el ejemplo de la consulta realizada en Cajamarca, los ciudadanos votaron mayoritariamente por el No en oposición a que a la multinacional que pretendía explotar la riqueza aurífera de la región se le concediera la licencia para tal fin, con grave perjuicio para el medio ambiente y el mantenimiento de sus fuentes hídricas, después de lo cual el ministro del ramo salió a los medios de comunicación a decir que el “gobierno acataría el fallo de las urnas…pero que sus efectos serían para el futuro, favoreciendo de esta manera a dicha multinacional”.

Las clases dirigentes pretenden hacer caso omiso del hecho indiscutible de que el pueblo integrado por diversas clases y sectores sociales es quien posee el derecho de tomar aquellas decisiones que comprometen sus intereses, necesidades y derechos fundamentales, las cuales no pueden ser desconocidas, ni tampoco asumidas por ningún otro órgano o poder del Estado, entretanto el poder de decisión del pueblo constituye una prerrogativa inalienable y soberana, cuya legitimidad descansa en la refrendación con el voto mayoritario de los ciudadanos que participan en el certamen comicial.
En este caso se trata de subrayar que la decisión tomada por la comisión de la Cámara de Representantes del Congreso de la República, que optó por hundir el proyecto de ley mediante el cual se debería convocar al pueblo a un referendo para definir la posibilidad de adoptar o no, niños o niñas por parte de las parejas homosexuales, personas solteras o viudas, tiende a desconocer el verdadero significado de la democracia participativa y decisoria y a transitar por los caminos del autoritarismo y la demagogia que se utilizan para monopolizar la conciencia de los ciudadanos o defender intereses individuales o de pequeños grupos sociales.
Independientemente de la concepción que se tenga sobre la constitución de la familia, desde la Veeduría que representamos, consideramos que el hundimiento
del citado proyecto constituye una manera deliberada de obstruir el ejercicio del derecho de un grupo de ciudadanos a participar democráticamente en dicha consulta después de cumplir con los requisitos exigidos por la ley y que en este caso no podrán ejercerlo, al tiempo que el pueblo en su conjunto tampoco podrá pronunciarse sobre este asunto de interés general.
no a la voluntad e imposición de uno u otro órgano del poder del Estado, cuya competencia derivada no puede sustituir el poder soberano del pueblo.
Esta actitud antidemocrática y cesarista no solo compromete a dicha corporación sino al propio gobierno que de manera abierta e indebida presionó al órgano legislativo y a la opinión pública conjuntamente con algunos medios de opinión para que no se aprobara dicha iniciativa popular torpedeando la posibilidad de la consulta, con lo cual se exacerbarán los ánimos y se incrementará la polarización social, en tiempos en que deberá entronizarse la paz con democracia en igualdad de condiciones para todos los colombianos, sometiendo las diferencias y controversias sobre los asuntos de interés general al escrutinio y decisión de los ciudadanos y no a la voluntad e imposición de uno u otro órgano del poder del Estado, cuya competencia derivada no puede sustituir el poder soberano del pueblo.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social